La Cctedral de Pamplona a y la Catedral de Cádiz acogieron ayer domingo los funerales de los guardias civiles asesinados en Barbate (Cádiz) al ser arrollada de forma premeditada su patrullera por una narcolancha.
Momentos antes de Misa funeral por el eterno descanso de David Pérez, agente del GAR asesinado en Barbate, se vivieron momentos de intensa emoción se han vivido en la capilla ardiente situada la Comandancia de la Guardia Civil de Pamplona, cuando la viuda del David, pidió, cuando el Ministro de Interior intentaba imponerle la Medalla al Mérito de la Guardia Civil con distintivo rojo, y de forma reiterada que no fuera, Fernando Grande-Marlaska, quien impusiera en el féretro de su marido la citada condecoración, que le había sido concedida por su muerte en acto de servicio.
El titular de Interior se ha quedado a medio camino y ha tenido que ser el jefe del GAR, teniente coronel Ferrera, el que ha impuesto la condecoración al agente. Se había producido un momento de incertidumbre y confusión, en el que se habría intentado convencer a la viuda, que se ha mantenido firme.
En ese momento, alguien ha gritado que se hiciese caso a la viuda y que si ésta no quiere la presencia del Ministro en el funeral este debería marcharse, finalmente ni Grande Marlaska, ni el director general, Leonardo Marcos, han asistido a la Misa funeral en la Catedral de Pamplona, a los que se veía visiblemente contrariados después de lo ocurrido en la capilla ardiente. Antes de abandonar la comandancia, han estado reunidos durante más de una hora con mandos de la Benemérita.
El gesto de la viud, que en todo momento se ha mostrado inflexible, ha suscitado una tremenda emoción entre todos los asistentes, tras esos duros momentos, los asistentes han mantenido un respetuoso silencio, y el acto ha concluido sin otros hechos relevantes. Una vez el ministro ha abandonado la sala, se ha rezado un responso por el fallecido. A continuación, ha sido entonado el himno de la Guardia Civil, seguido de un cerrado aplauso.
Entre los asistentes se encontraban el Director Adjunto Operativo de la Guardia Civil, Manuel Llamas, el jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Navarra, José Miguel Barbero, y el jefe de la Unidad de Acción Rural (UAR) del Grupo de Acción Rápida (GAR), el coronel Francisco Javier Molano, así como oros mandos del GAR.
Tras la capilla ardiente, ha tenido lugar en la catedral de Pamplona el funeral por el agente de la guardia civil, que residía en Navarra, donde estaba destinado en la comandancia de Pamplona en el Grupo de Acción Rápida y desde hace un par de semanas prestaba servicio en el operativo de control de narcolanchas desplegado por el Instituto Armado en la provincia Cádiz.
Por su parte el funeral por el agente Miguel Angel Gónzalez, asesinado igualmente en Barbate, celebrado en la Catedral de Cádiz, cuyo templo se encontraba completamente abarrotado tanto en su nave central como en sus dos laterales, ha despedido al agente en un acto presidido por el dolor y el profundo silencio que ha acompañado la llegada del féretro a la Catedral gaditana.
Desde un buen rato antes de la hora fijada para el comienzo de la ceremonia se fueron apostando en la entrada lateral de la Catedral, en la cuesta de Arquitecto Acero, cientos de guardias civiles que se ordenaron en formación a medida que iban llegando a la zona. Frente a ellos, mandos y compañeros de la Policía Nacional, Policía Local y de los Ejércitos, además de miembros de otros cuerpos como Aduanas. Junto a la entrada de la Catedral, la banda del Tercio Sur de la Armada, que acompañó la entrada del féretro al templo, portado por sus compañeros, con los sones del himno nacional mientras la lluvia comenzaba tímidamente a aparecer.
También de forma paulatina fueron llegando las autoridades civiles como Ángel Núñez, fiscal jefe de Cádiz, entre otras personalidades, pero sobre todos, amigos y compañeros del agente asesinado que llenaron el primer templo de la ciudad.
El funeral ha estado presidido por Óscar González Esparragosa, vicario general de la diócesis de Cádiz, quien trasladó las condolencias a familiares y Guardia Civil en nombre del obispo Zornoza. El sacerdote hizo extensivas sus palabras al otro agente muerto por el ataque de los narcos, David Pérez. El oficiante ha apelado a la "esperanza de la fe" ante la "tristeza y el desconcierto" de lo ocurrido: "Ambos eran servidores de la ley y del bien común, encargados de proteger el bienestar de todos los ciudadanos. Han sacrificado su vida por todos".
Óscar González ha realizado también un llamamiento a las autoridades del Estado para que proporcionen "los medios necesarios" a las fuerzas de seguridad para que puedan llevar a cabo su misión "de forma segura y eficaz", con especial atención a la lucha contra el narcotráfico: "Hay vidas y familias destrozadas a causa de la droga".
El final del funeral, con la emotiva interpretación del himno de la Guardia Civil, a pesar de la lluvia intensa en esos momentos.