El día 10 de mayo de 1874, el alférez Francisco Bergua Castro, destinado en la Comandancia de Huesca
Se encontraba comisionado por la autoridad superior para el servicio y durante el mismo capturó con la fuerza a sus órdenes a siete bandoleros que estaban implicados en los crímenes perpetrados por la cuadrilla del bandido conocido como “Cucaracha”. Además de la detención de los criminales, los guardias civiles recuperaron una escopeta, una bayoneta, dos bolsas con pólvora y perdigones y seis balas.
Tras la fundación de la Guardia Civil, el 9 de octubre de 1844 se aprobó el Reglamento para el Servicio del Cuerpo, que establecía las obligaciones y facultades de la Guardia Civil, su dependencia orgánica, vinculada en lo referido a su servicio peculiar al Ministerio de la Gobernación, y el objeto primordial de la Institución: “la conservación del orden público, la protección de las personas y las propiedades (…) y el auxilio que reclame la ejecución de las leyes”.
En la actualidad, pasados 178 años, como componente de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, y según el artículo 104 de la Constitución Española, la Guardia Civil tiene la misión genérica de proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades y garantizar la seguridad ciudadana.