El 9 de enero de 1973, la Guardia Civil recepcionó los dos primeros helicópteros con los que prestó servicio. Supusieron una importante mejora en el apoyo operativo de las unidades del Cuerpo para realizar misiones de rescate, vigilancia, seguridad y transporte.
Entre las características más relevantes de este medio aéreo están la movilidad, la versatilidad, el radio de acción y su rapidez, muy superior a los medios terrestres de transporte. Actualmente, el Servicio Aéreo de la Guardia Civil cuenta con más de 40 helicópteros de los modelos BO-105 (los inicialmente desplegados), BK-117, EC-135 y Dauphine, así como, de forma más reciente, con aeronaves de ala fija.