El 14 de abril de 1846, el fundador y primer Inspector General de la Guardia Civil, Francisco Javier Girón y Ezpeleta, II duque de Ahumada, dictó unas normas sobre el cuidado de las armas de fuego a los oficiales de los Tercios.
En concreto ordenaba a los mandos que se vigilara escrupulosamente que los guardias civiles extremaran la precaución cuando las armas estuvieran cargadas y que al limpiarlas se examinara lo primero si lo están y se le quitara el cebo, adoptando cuantas medidas se estimasen indispensables para evitar disparos fortuitos.
En la actualidad, el Mando de Operaciones de la Guardia Civil, a propuesta de la Jefatura de Unidades Especiales y de Reserva (JUER), aprueba los Planes Anuales de Técnicas de Intervención Operativa (PATIO), en los que se recoge el programa de formación durante el año para los componentes de la Guardia Civil.
En los citados planes se incluye una guía didáctica sobre los ejercicios de tiro en la que se especifican las normas básicas de seguridad en el manejo de armas de fuego, así como las normas de seguridad a tener en cuenta durante la realización de los ejercicios de tiro.
Los ejercicios PATIO engloban la formación de tiro y los ejercicios obligatorios que garanticen la pericia en el uso de armas de fuego exigible a todo Guardia Civil.