Entrevista con el Capitán de la Guardia Civil, Tomás García Castro, titulado en Prevención de Riesgos Laborales
Buenos días, mi Capitán. Es un placer tener la oportunidad de conversar con usted. Para empezar, ¿podría contarnos brevemente sobre su trayectoria en la Guardia Civil?
Buenos días. Gracias a Tribuna Benemérita por su entrevista, y enhorabuena por el magnífico trabajo que sobre la Guardia Civil viene haciendo a través de vuestra página web y las redes sociales.
Sobre mi trayectoria, puedo decir, brevemente, que ingresé en el Cuerpo como guardia civil auxiliar en 1988 y, ya como profesional, fui ocupando distintos destinos en unidades de seguridad ciudadana, el SEPRONA y enseñanza, al tiempo que iba ascendiendo a cabo, sargento, alférez, teniente y capitán. Finalmente, recalé en la oficina de prevención de la Zona/Comandancia de Murcia, donde llevo ejerciendo como jefe desde el año 2003.
¿Por qué Guardia Civil?
Debo reconocer que, en mi caso y en contra del tópico vocacional, mi elección por la Guardia Civil fue más casual que otra cosa. No tengo, al menos que yo sepa, antepasados cercanos que hayan sido guardias civiles, ni tan siquiera militares, de forma que todo surgió cuando un conocido me habló, allá por 1987, de los guardias civiles auxiliares, de cómo él había ingresado y estaba haciendo el servicio militar, entonces obligatorio, en el Cuerpo. Me atrajo la idea y me preparé la oposición. Ingresé un año más tarde y, tras el periplo académico en Baeza, pasé destinado a Cifuentes, un puesto de Guadalajara. Y allí sí, ya en el seno de la institución, conociendo de primera mano qué era y qué hacía la Benemérita, supe que seguiría formando parte de ella para siempre como profesional.
¿Cómo y por qué se especializó en prevención de riesgos laborales?
En 2007, estando destinado de Alférez en la sección del SEPRONA de Murcia, el Cuerpo anunció el primer máster de prevención de riesgos laborales en la Guardia Civil. Una vez más, sin ser un tema que me entusiasmara especialmente, intuí que era una buena oportunidad para mejorar personal y profesionalmente. Tramité la solicitud, me seleccionaron y cursé el máster. Bastantes años después, en 2013, la intuición se cumplió: se crearon los órganos de prevención en las comandancias, se anunciaron sus vacantes, solicité una de ellas y pasé destinado. Así de sencillo, o de complicado, según con qué ojos se mire. Como dijo Picasso, «la inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando», o dicho más claramente, las oportunidades no vienen solas, hay que verlas venir y aprovecharlas, y creo que es lo que ocurrió en mi caso. Gracias a ello, llevo más de una década dedicado a un ámbito que en el que considero que soy útil en el Cuerpo y que, además, me gusta.
¿Podría comenzar contándonos un poco sobre su rol y responsabilidades en la prevención de riesgos laborales dentro de la Guardia Civil?
Los órganos de prevención (servicio de prevención de la Dirección General de la Guardia Civil, secciones de prevención de Zona y oficinas de prevención de comandancia y otras unidades, como centros de enseñanza) son las unidades que realizan en el Cuerpo las actividades para la adecuada protección de la seguridad y la salud de los guardias civiles. Sus funciones generales son, básicamente, diseñar, implantar y coordinar los planes y programas de acción preventiva, evaluar los riesgos y proponer las medidas preventivas encaminadas a minimizar tales riesgos. Esas son mis competencias y responsabilidades en la 5ª Zona/Comandancia (Murcia), como el jefe de su órgano de prevención.
No obstante, en este ámbito es importante aclarar, para evitar confusiones y malentendidos, que el jefe de cada una de las unidades, centros y organismos de la Guardia Civil es el responsable de la aplicación de las medidas adoptadas para la mejora de la seguridad y la salud de sus subordinados. Así lo establece el Real Decreto 179/2005, de 8 de febrero, de prevención de riesgos laborales en la Guardia Civil, en su artículo 13. Dicho de un modo más directo: el personal del órgano de prevención evalúa los riesgos y propone las medidas para su prevención, y el jefe de la unidad evaluada es quien decide o no ejecutar tales medidas y de qué modo, en su caso, se ejecutan.
¿Cuáles son los principales riesgos laborales que enfrentan los agentes de la Guardia Civil en su día a día? ¿Y cómo se abordan estos riesgos en la Guardia Civil? ¿Qué medidas preventivas se están tomando?
Los riesgos dependen de la unidad y del puesto de trabajo que se ocupe, como en cualquier otro colectivo profesional. En la Guardia Civil, a día de la fecha, las agresiones físicas (afortunadamente sin armas) y los sucesos de tráfico, son los riesgos más recurrentes.
Los riesgos se abordan realizando las correspondientes evaluaciones de riesgos y la planificación de la actividad preventiva, en la cual se hacen constar las medidas de prevención que los técnicos consideramos necesarias para reducir al mínimo tales riesgos.
Las medidas son múltiples. Por ejemplo, en el caso de las agresiones físicas, puedo citar la formación en materia de técnicas básicas de intervención operativa, el buen estado físico de los agentes, unos recursos humanos acordes a cada intervención, la adecuada dotación de equipos de trabajo y de medios de protección policial, la elaboración de protocolos específicos de actuación, o el empleo de la empatía y la corrección adecuadas para no generar mayor tensión y prevenir la falta de colaboración, a la vez que hacer uso de la debida firmeza cuando la situación lo requiera.
¿Podría compartir algún ejemplo de una medida preventiva que haya tenido un impacto significativo en la seguridad de los agentes?
Es complicado hablar de una única medida preventiva con un impacto significativo en la seguridad y la salud en el trabajo. A menudo son un conjunto de ellas, aplicadas durante un periodo prolongado, las que tienen una repercusión positiva en el entorno y desempeño laborales.
Por poner una medida concreta, puedo decir que en la Comandancia de Murcia llevamos organizando e impartiendo un curso de prevención de riesgos laborales de nivel básico de 50 horas de duración, para el personal de todos los empleos y unidades, desde el año 2014. Son diez ediciones y 250 guardias civiles capacitados como técnicos de nivel básico, además, con un módulo específico dedicado a los riesgos y medidas preventivas en la Guardia Civil. ¿Ello ha tenido que ver en el descenso en la siniestralidad que desde que comenzamos a impartirlo ha experimentado la Comandancia? Pues es muy probable que sí, pero conjuntamente con otras medidas, como las evaluaciones de riesgos y la planificación preventiva en la actividad, en los equipos de trabajo y en los centros de servicio que venimos realizando, como la información sobre los riesgos y las medidas preventivas que se proporciona a todo el personal, como las campañas específicas que venimos poniendo en marcha anualmente para prevenir las agresiones físicas, los sucesos de tráfico, los trastornos musculo-esqueléticos, los riesgos psicosociales… Todo influye.
¿Cómo se implementan esas medidas preventivas dentro de la Guardia Civil? ¿Cómo se aborda la formación en prevención de riesgos laborales para los agentes?
Como ya he citado en una cuestión anterior, desde los órganos de prevención se evalúan los riesgos y se proponen medidas preventivas para eliminarlos o, al menos, minimizarlos. No solo se trata de identificar los riesgos, sino también de valorarlos y establecer una prioridad para la puesta en marcha de las medidas preventivas. Los riesgos identificados pueden resultar triviales, tolerables, moderados, importantes o severos, dependiendo de su probabilidad y de sus consecuencias, y los tiempos y esfuerzos para la puesta en marcha de las medidas de prevención deben ser coherentes con dicha valoración del riesgo que realiza el técnico.
El órgano de prevención plasma todo ello en un informe de evaluación de riesgos y planificación de la actividad preventiva que remite al jefe de la Comandancia, que es quien decide sí se ejecutan las medidas propuestas y de qué manera se ejecutan.
En cuanto a la formación cabe decir que es una de las medidas fundamentales en materia preventiva. En la Comandancia de Murcia, además de las diez ediciones del curso de prevención de riesgos laborales de nivel básico que ya he mencionado, este mismo año hemos comenzado a impartir una jornada de actualización de conocimientos sobre prevención de riesgos laborales y prevención del suicidio. Ya la han realizado todos los oficiales y una parte de los suboficiales, y la idea es que, tras completarla todo el personal de esta última escala, la realice también todo el personal de la escala de cabos y guardias.
¿Cómo se manejan los riesgos psicosociales de los agentes, considerando el estrés y las situaciones de alta tensión a las que están expuestos?
Los factores de riesgo psicosocial son aquellas condiciones presentes en una situación de trabajo, relacionadas con la organización, el contenido y la realización del trabajo, susceptibles de afectar tanto al bienestar y la salud (física, psíquica o social) de los trabajadores como al desarrollo del trabajo.
Existen tres grandes grupos de riesgos psicosociales en el trabajo:
- Estrés laboral.
- Violencia interna en el trabajo: acoso laboral, acoso sexual, acoso por razón de sexo y acoso discriminatorio.
- Violencia externa a la organización.
El estrés derivado de situaciones operativas de alta tensión de los agentes tiene connotaciones especiales, como es el hecho de estar en buena medida motivado por exigencias emocionales intensas (miedo, sorpresa, ira…) difícilmente evitables y que, por lo tanto, deben ser adecuadamente manejadas por los agentes.
La primera medida en tal sentido es responsabilidad del propio cuerpo policial, que debe hacer una adecuada selección en la fase de ingreso en la institución, intentando la elección de los aspirantes más preparados psíquicamente para el debido cumplimiento de la misión encomendada a las fuerzas y cuerpos de seguridad. También es responsabilidad de la organización, una vez ya admitidos, preparar psicológicamente al personal para afrontar situaciones emocionalmente intensas, tanto en el período académico como durante el resto de su carrera profesional, muy particularmente en aquellas unidades más expuestas a sufrir situaciones de alta tensión. Y, por supuesto, también cabe hablar de la responsabilidad del propio agente de policía, que tiene un deber de autoformación y autocontrol en materia de gestión y manejo de sus emociones.
El estrés parece ser un problema común en muchos trabajos, pero en el caso de los agentes de la Guardia Civil, ¿qué características particulares adquiere?
El estrés no es más que un conjunto de reacciones de diferente tipo (físico, cognitivo y conductual) que preparan nuestro organismo para la acción. Básicamente, se trata de un cóctel de hormonas que nos proporciona un plus de energía para superar una situación que nuestro cerebro ha identificado como una amenaza. Por lo tanto, el estrés, originariamente, es positivo, productivo, nos activa para ayudarnos a superar una dificultad. ¿Cómo iba a hacer frente un guardia civil a un delincuente armado sin esa respuesta de estrés? No solo es importante, sino imprescindible, para afrontar una situación así.
El problema con el estrés sobreviene cuando se transforma en negativo, bien por no saber manejarlo (y el agente que tiene que hacer frente al delincuente armado se bloquea, por ejemplo), bien porque las respuestas de estrés sean tan frecuentes o prolongadas que el estrés se transforme en crónico, lo cual puede llegar a acarrear trastornos y patologías muy perniciosos para la salud.
Abundando más en la cuestión, hay que decir que los factores de estrés del trabajo en las fuerzas y cuerpos de seguridad pueden ser de dos tipos. Por un lado están los factores inherentes a la propia actividad policial, como las ya citadas exigencias emocionales intensas (miedo, tristeza, sorpresa, compasión…), el bajo control sobre la tarea, las relaciones continuadas con el ciudadano, el feedback negativo… Por otro lado tenemos los factores vinculados a la organización en la que se presta el servicio, como las relaciones interpersonales y el clima laboral, el estilo de mando, el horario y las condiciones de trabajo, los problemas del rol, la sobrecarga de trabajo... Es importante hacer esta distinción porque la gestión preventiva de ambos tipos de factores de riesgo no es la misma en un caso o en otro.
Como ya he referido en una cuestión anterior, los factores de riesgo de estrés inherentes a la actividad policial son complicados de evitar, por lo que se deben prevenir desde una fase muy temprana, con una buena selección del personal en las pruebas de ingreso en el Cuerpo, mediante preparación psicológica en los centros de formación y especialización, y mediante formación y adiestramiento en técnicas de manejo del estrés a lo largo de la carrera profesional del agente.
Por el contrario, los factores de riesgo de estrés relacionados con la organización en la que se presta el servicio, en el caso de que existieran, sí pueden ser identificados, prevenidos e incluso eliminados en fases más tardías. Para ello, los órganos de prevención deben realizar una evaluación de riesgos psicosociales con arreglo a una metodología técnica debidamente probada. El propio órgano de prevención propone entonces las medidas preventivas que considera más adecuadas para minimizar dichos riesgos.
No obstante, con independencia del resultado de la evaluación de riesgos psicosociales, siempre es una buena práctica el desarrollo de actividades formativas o las campañas específicas de prevención y concienciación. En el año 2019, en la Comandancia de Murcia pusimos en marcha una campaña de prevención en materia de riesgos psicosociales de la que se hicieron eco incluso en ámbitos ajenos al Cuerpo. El tríptico de la campaña puede encontrarse aún en algunas páginas de internet.
En su experiencia, ¿cómo ha evolucionado la conciencia sobre la seguridad laboral dentro del cuerpo?
Positivamente, como no podría ser de otra manera. Avanzamos con paso firme, lo cual no quiere decir que haya habido, haya y vaya a haber dificultades. Todo cambio genera resistencias, también en la Guardia Civil, como en todos los colectivos profesionales. Unas cuestan más de vencer que otras, pero cuando el objetivo es tan noble y tan justo como velar por la seguridad, la salud y el bienestar de todos los guardias civiles, en cualquier empleo o destino, esas resistencias acabarán cediendo, estoy convencido de ello.
Sin duda la tecnología juega un papel importante en muchos aspectos de la Guardia Civil. ¿Cómo ha influido en la gestión de los riesgos laborales?
Como en el resto de ámbitos del cuerpo. Si, por ejemplo, se detecta un riesgo emergente que puede resultar especialmente dañino para el personal, hoy puede informarse de ello prácticamente en tiempo real. En otros aspectos, como el trabajo de los órganos de prevención, hay que reconocer que aún nos queda margen de mejora en el ámbito de la tecnología. Me consta, no obstante, que desde el Servicio de Prevención del Cuerpo se lleva tiempo trabajando para mejorar en este sentido.
Sabemos que además de su destacada trayectoria en la Guardia Civil, es autor de varios libros sobre el estrés en los cuerpos y fuerzas de seguridad y sobre prevención de riesgos laborales. ¿Qué le motivó a escribir sobre estos temas y qué aspectos considera más relevantes en sus publicaciones?
Lo que me motivó a escribir mis libros fue mi afición a la escritura, por un lado, y el intento de hacer pedagogía, por otro. «Más allá del estrés», mi primera obra, surgió después de presentar como trabajo fin de máster de prevención de riesgos laborales una investigación sobre el estrés en el ámbito policial. Tenía buena parte del trabajo hecho, o eso pensaba yo, porque realmente luego empleé varios años más hasta su publicación. No solo investigué mucho más sobre el estrés policial, sino que incluso acompañé ese ensayo con una novela que transcurre en paralelo a esa parte técnica. Fue un experimento que resultó realmente exitoso, porque es una obra que ya lleva varias ediciones y que aún sigue vendiéndose y citándose en artículos técnicos y en diferentes foros, como congresos o jornadas en materia preventiva.
Respecto a «Cómo superarte con el estrés positivo», «El gran libro rojo para superar el estrés» y «Las doce claves para manejar el estrés en el trabajo» son obras que surgieron cuando diferentes editoriales contactaron conmigo para proponerme escribir para su editorial. Se trata de libros no específicos sobre el estrés policial, sino relativos al estrés en general, que pueden ser de utilidad a cualquier persona en su vida personal, familiar y profesional.
En cuanto a «Regresar vivo a casa. La prevención de riesgos laborales en los cuerpos de policía» se trata de una obra magna, de más de 800 páginas, en la que abordo el pasado, presente y futuro de la prevención de riesgos laborales en las fuerzas y cuerpos de seguridad de un modo integral.
Los libros para los escritores son como los hijos, todos son queridos por igual, pero entre nosotros, ¿Cuál considera “su hijo favorito” de entre sus publicaciones?
Citaría el primero y el último. «Más allá del estrés», que fue el primero, porque además del ensayo relativo a la investigación sobre el estrés policial, incluye esa parte novelada que ya he mencionado, y que me permitió adentrarme en un género literario tan atractivo como el de la novela. El último, «Regresar vivo a casa», también es de obligada mención para mí, porque ha sido calificado como la mejor y más completa obra sobre la prevención de los riesgos laborales en las fuerzas y cuerpos de seguridad. Además, la segunda edición ha sido editada por el Ministerio del Interior conjuntamente con Dykinson, y se ha distribuido entre todos los órganos de prevención de la Guardia Civil y todos los centros de enseñanza del Cuerpo. Esto debo reconocer que supone todo un orgullo para mí y, sin duda, un respaldo muy importante a la obra.
En sus libros, ¿ha abordado algún caso particular que le haya marcado especialmente y que haya servido de inspiración para sus investigaciones?
Casi cuarenta años de servicio, desde guardia civil auxiliar hasta capitán, en diferentes destinos, dan para mucho, ciertamente. Sí existen experiencias personales, por supuesto, tanto propias como de otros muchos compañeros, aunque prefiero dejarlas en el anonimato.
¿Qué opina sobre la evolución de la prevención de riesgos laborales en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en los últimos años? ¿Se están haciendo suficientes esfuerzos?
Tratándose de la seguridad y la salud de las personas, nunca son suficientes los esfuerzos, ni en las fuerzas y cuerpos de seguridad ni en cualquier otro colectivo profesional. Como ya he comentado, creo que se van dando pasos firmes, aunque soy de los que opina que siempre hay margen de mejora. En ello estamos. En mi ámbito de actuación, la Comandancia de Murcia, lo cierto es que la siniestralidad laboral ha descendido significativamente desde el año que comenzó a funcionar su órgano de prevención.
Por lo demás puedo decir, por ejemplo, que en reconocimiento al trabajo de todos los integrantes de los órganos de prevención del Cuerpo desde que los mismos se crearon en el año 2006, el Servicio de Prevención de la Guardia Civil recibió, el pasado año 2023, el Premio Nacional de Prevención de Riesgos Laborales PREVER, en su categoría de empresas e instituciones. El galardón lo recogió, en la localidad de Mazarrón (Murcia), el actual Coronel Jefe del Servicio.
También en la revista oficial del Cuerpo o, más recientemente, en la revista Quórum de la Unión de Oficiales se están publicando en los últimos tiempos noticias o artículos relacionados con la prevención de riesgos laborales en la Guardia Civil, lo cual creo que deja entrever que es un asunto que cada vez despierta mayor interés.
¿Qué recomendaciones daría a un guardia civil que está empezando a notar los efectos del estrés en su vida diaria?
Como ya hemos visto, el estrés no solo es necesario, sino imprescindible en la vida diaria de cualquier persona, siempre y cuando continúe siendo ese conjunto de reacciones que nos ayudan a afrontar y superar los problemas y dificultades. Si ese estrés positivo se transforma en negativo porque, en un momento dado, no se es capaz de gestionarlo de forma adecuada o, sobre todo, porque es tan frecuente o prolongado que se corre el riesgo de que se convierta en estrés crónico, es el momento de tomar medidas.
Se puede comenzar, como primer paso, con la lectura de un buen libro sobre el estrés. Si los resultados no son positivos, mi consejo es que se acuda a un profesional de la psicología o la medicina.
Es muy importante también que todos estemos atentos a los signos que evidencian los compañeros en este sentido. Si apreciamos que otro guardia civil puede estar pasando un mal momento como consecuencia del estrés, es fundamental prestarle el apoyo necesario para superarlo y, llegado el momento oportuno, incluso comunicarlo a sus allegados y superiores, para que le brinden la ayuda y tomen las medidas más adecuadas, tanto en su propio beneficio como en el de cuantos le rodean.
Por último, ¿qué mensaje les daría a los futuros guardias civiles en relación a la prevención de riesgos laborales?
Que la tengan presente en cualquier ámbito de su trabajo. Que se trata de su propia seguridad, salud y bienestar, y que cada vez que concluyan su servicio sin novedad en tales ámbitos recuerden la lección que le dio Sean Connery (el policía veterano, curtido en mil batallas) a Kevin Costner (el policía novato, tan solo ávido de éxitos operativos) en la película «Los Intocables de Elliot Ness»:
«Ha cumplido usted con la primera norma del buen policía: regresar vivo a casa cuando ha terminado el servicio. Se acabó la lección».
Muchas gracias por compartir su tiempo y conocimientos con nosotros. Su experiencia es muy valiosa para entender los desafíos que enfrentan los agentes de la Guardia Civil en su día a día. Apreciamos su dedicación y esfuerzo en mantener a nuestros agentes seguros.
Mi gratitud a ustedes por la entrevista, y muy especialmente por dar visibilidad en Tribuna Benemérita a un trabajo a menudo tan desconocido e infravalorado como es el de los órganos y técnicos de prevención de riesgos laborales. Muchas gracias.
Una entrevista de Antonio Mancera Cárdenas
Para TRIBUNA BENEMËRITA