Mónica Díaz Sobrino es Oboísta en la Unidad de Música de la Guardia Civil, esta Polilla, arropada por la diosa Fortuna, conjuga en su profesión dos grandes pasiones: Ser guardia civil y músico, un cóctel armonioso que hace vibrar a los que escuchan los conciertos de la Unidad de Música de la Guardia Civil.
Desde que su padre, también guardia civil y músico, le dio su primer instrumento, una flauta travesera, no ha dejado de tocar. Con tres años comenzó en una escuela de música y con diez pasó al Conservatorio Oficial. Compaginando sus estudios escolares, mostró desde el primer momento su extraordinaria habilidad musical.
Es una de los tres oboístas que tiene la Unidad, y junto con sus 74 compañeros y su director, el teniente coronel Enguídanos, comparte la ilusión de acercar a los ciudadanos otra faceta del Cuerpo.
¿Qué caracteriza a la Unidad de Música?
La mayor característica y que más nos representa es esta forma diferente que tenemos de llegar a la gente. La Guardia Civil está en constante contacto con el ciudadano, y nosotros lo hacemos a través de nuestra música. Intentamos hacer que se sienta, música y Guardia Civil, en un solo acorde.
¿Qué significa poder tocar junto a sus compañeros en tantos sitios significativos?
Para nosotros es un sueño cumplido el poder llevar el uniforme a lugares emblemáticos donde el ciudadano va a verte y a escucharte. Gracias a la existencia de estos sitios tan maravillosos y a la generosidad de la gente, muchos de nuestros conciertos tienen un plus de colaboración con diversas causas benéficas.
Precisamente muchas de sus actuaciones se realizan para ayudar a los demás.
Celebramos conciertos con entrada libre, donde los ciudadanos pueden disfrutar de forma gratuita, por ejemplo, el reciente concierto celebrado en el teatro de Mérida con motivo de la Semana Institucional o el del Monasterio de San Juan de los Reyes, en Toledo.
Otras veces tenemos la suerte de colaborar con entidades y organizaciones que ayudan a distintos colectivos vulnerables y que necesitan el apoyo de todos. Recuerdo los conciertos de Navidad.
En una ocasión lo recaudado se destinó a Cáritas Parroquial Castrense de la Guardia Civil y cada año se dedica a otras entidades. El celebrado en Zaragoza, a beneficio de ATADES-Asociación Tutelar Aragonesa de Discapacidad Intelectual, Niños contra el Cáncer en el Museo de la Universidad de Navarra, en Zamora para las desapariciones involuntarias de personas en el medio rural o en La Palma, como homenaje a los pueblos afectados por la erupción.
No sólo es usted hija del Cuerpo, también tiene un compañero muy especial.
Para mí es un orgullo que mi padre sea guardia civil, además, trabajo al lado de mi hermano Juan, que es trompetista en la Unidad. Los dos estamos muy contentos con el gran elenco de músicos y compañeros que nos rodean, y con nuestros mandos. Todos nos dan ejemplo con su experiencia y profesionalidad.
Una entrevista de Laliana Castellanos
Publicada en Revista Guardia Civil - Noviembre-2024