El juez instructor de la causa del procés, Pablo Llarena, ha pedido a los Mossos d'Esquadra y al Ministerio del Interior que informen sobre el operativo policial planificado para la detención del ex presidente catalán Carles Puigdemont y "sobre los elementos que determinaron su fracaso desde un aspecto técnico policial".
Un día después de que Puigdemont, sobre quien pesa una orden de detención nacional, apareciese en Barcelona para dar un discurso antes de la sesión de investidura de Salvador Illa y lograse escabullirse entre los congregados, el magistrado ha pedido explicaciones a Interior y a la policía catalana.
En concreto, y en dos providencias, según ha informado EL MUNDO, el magistrado del Tribunal Supremo pregunta al cuerpo policial y al Ministerio de Interior, cuál era el operativo inicialmente aprobado y dispuesto para su detección en frontera y detención, así como las órdenes posteriores que fueron cursadas ayer para su detección en frontera y detención, después de su fuga.
El juez explica en sus resoluciones que ha "tenido conocimiento de que el procesado en rebeldía estuvo presente ayer en Barcelona protagonizando un acto público en las inmediaciones del Parlament de Cataluña y que al finalizar el mismo logró eludir la orden de detención emitida contra él".
Es por eso que Llarena insta a los Mossos y a Interior a detallar "quiénes eran los agentes responsables del diseño del operativo, los responsables de su aprobación y los que se les encomendó su ejecución o despliegue operativo".
Hasta el momento dos mossos han sido detenidos por presuntamente ayudar a Puigdemont en su huida. El expresidente regresó a España, asistió a la concentración convocada por Junts y pronunció un discurso frente a sus simpatizantes. Después, se le perdió la pista.
Este mismo viernes, el abogado de Puigdemont, Gonzalo Boye, ha confirmado en declaraciones a Rac1 que éste se encuentra fuera de España y que hablará entre "hoy o mañana".
Tal y como ha publicado hoy EL MUNDO, el fracaso de no haber detectado a Carles Puigdemont en su regreso, su discurso ante miles de personas y su posterior desaparición sin haberlo podido detener han puesto en el centro de la diana al cuerpo policial de los Mossos. Haber dejado escapar al dirigente con todas las cámaras enfocando en el centro de Barcelona sitúan a la policía autonómica y a su cúpula -especialmente el consejero de Interior saliente Juan Ignacio Elena, (ERC) y el comisario jefe Eduardo Sallent- en el ojo del huracán, una crisis política y de imagen de consecuencias difíciles de prever. Sin embargo, a nivel interno ha servido para constatar un hecho aún más grave: la existencia de un "grupo incontrolado" que colabora para el fugado de forma habitual y que ayer le ayudó en su fuga, según fuentes de la investigación.