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la tormenta perfecta 1991

Quizás el titulo parezca alarmista, pero realmente no lo es y para eso debemos analizar porque la Guardia Civil se encuentra sumida en una de las crisis más importantes de su historia.

Pero vayamos por partes, cuando hablamos de una tormenta perfecta nos referimos, principalmente a una tempestad violenta, provocada por diferentes factores de riesgo, cada uno de los cuales por separado no generarían un impacto definitivo, pero que al combinarse entre sí pueden dar lugar a una catástrofe inevitable.

A ningún armador se le ocurriría, enviar uno de sus barcos, su buque insignia a luchar contra los elementos sin capacidad de defenderse de los mismos, sin medios y sin capacidad de defensa, a ningún armador se le ocurría aliarse con quienes quieren desmantelar la empresa naviera dueña de ese barco, a ningún armador se le ocurriría dejar de aprovisionar, de dotar de tripulación cualificada o dejar de mantener en estado de navegabilidad una embarcación de su propiedad, a ninguna empresa naviera se le ocurriría dejar de asumir la gestión náutica y la operatividad de su barco más preciado, del que más beneficios tiene para la sociedad.

A ningún armador al cargo de la empresa naviera más importante y líder del sector, se le ocurriría mantener una pasividad suicida frente a la tormenta perfecta a la que se enfrenta uno de sus buques. quizás el mejor y más capacitado de sus buques, causada precisamente por elementos.

Tampoco ayuda a que el capitán del barco como máxima autoridad de la que depende el buque, el responsable de todo su funcionamiento, el que debería dirigir, coordinar y controlar todas las actividades que se realizan a bordo, el responsable de la seguridad de la embarcación, de la tripulación, del cargamento, de la navegación y de la organización del trabajo, con la obligación de dotar de medios y personal al buque y representante además del armador frente a terceros, haya decidido no defender ni al buque ni a su tripulación, o que haya decidido apartar de la tripulación a alguno de los marineros más cualificados, y así vemos a los Corbí, de los Cobos, Torresanos u Olivas en tierra por decisiones arbitrarias o que se ponga en duda el trabajo de los Espejos, todo ello únicamente como pago a quienes quieren destruir la empresa naviera a la que el propio capitán pertenece.

Como no ayuda que el patrón de la nao no tenga la titulación necesaria para gobernar la embarcación con un mínimo de seguridad frente a esa tormenta perfecta en la que se encuentra sumida, o que se imponga en el gobierno del barco a un patrón de recreo.

O simplemente que los oficiales, como profesionales debidamente acreditados y cualificados del buque, hayan decidido dejar de hacer guardias en el puente, de supervisar, de planificar, de mantener la correcta operatividad del barco, de elaborar la derrota de la nao, de asegurar la flotabilidad de la embarcación, para no asumir la responsabilidad de hacer frente a esa tormenta perfecta que se avecina.

Y así vemos a timoneles, a maestres y contramaestres, a sobrecargos, a oficiales de máquinas, y hasta a los propios marineros, tratando de hacer gobernable la embarcación con su trabajo, arriesgándose para que esta no zozobre y cuando consiguen tapar una vía de agua o poner proa a la tormenta para afrontar las olas de una manera más eficiente, ver como son apartados por el capitán o por el armador, del conjunto de la tripulación de la que forman parte e incluso, en algunas ocasiones, echados del propio buque, para conseguir que cuando llegue la tormenta la nave sea ingobernable, ya que no habrá nadie al timón o que quiera asumir responsabilidades de patroneo para salvar una embarcación que, sin una tripulación motivada, con unos oficiales desaparecidos del puente y un patrón de recreo, se hunde sin remedio y sin posibilidad de que nadie la salve.

Y así, como un barco que en plena tormenta perfecta navega a la deriva, sin rumbo y a merced de las eventualidades o circunstancias del tiempo, la Guardia Civil se encuentra hoy a merced de políticos, pro etarras, independentistas, separatistas y nacionalistas que han encontrado en la Institución un cabo donde agarrarse y del que tirar para conseguir sus desvaríos, no en vano esos marineros han sido apartados precisamente por quienes quieren acabar con la propia empresa naviera dueña del buque, apartados por PNV, ERC, EH Bildu, siendo además, una y otra vez cuestionado el futuro de la propia embarcación por una parte de la propia empresa naviera, ya que en 2016, se pedía desde PODEMOS, hoy "co-armador" junto al PSOE y parte importante de la empresa naviera, y se ponía negro sobre blanco en la página 22 de su programa electoral, la "supresión de la Guardia Civil por ser un cuerpo de antecedentes represores y raíces franquistas”, ¡Que atrevida es la ignorancia!

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Y así vemos como poco a poco se va desmantelado este buque insignia, que permanece constantemente con su tripulación preparada para darlo todo a pesar de los vaivenes de la tormenta, simplemente porque molesta a los socios del Gobierno y no preocupa las consecuencias de los continuos ataques al Cuerpo, ni a los ministerios de los que depende, ni al Ejecutivo, que en lugar de defender a una Institución que es leal al propio Estado de Derecho y a la Constitución, mantiene la táctica del avestruz, esconder la cabeza mientras poco a poco van robando las piezas de la embarcación para ponerlas, con el beneplácito de la empresa naviera y de los armadores, en pequeñas embarcaciones de recreo que nunca se arriesgarán más allá del perímetro seguro de su puerto particular.

Antonio Mancera Cárdenas

Guardia Civil retirado por accidente en acto de servicio

Miembro de AEME (Asociación Española de Escritores)