Del 16 al 18 de mayo de 2025, el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes acogió el 65.º Encuentro Internacional de Militares, un evento que reunió a más de 15,000 peregrinos de 40 naciones bajo el lema “Militares, peregrinos de la esperanza”.
Este encuentro, organizado por el Obispado Castrense de Francia, se consolida como un símbolo de paz, reconciliación y unidad, trascendiendo fronteras y uniformes en un marco de espiritualidad y fraternidad.
Un legado de reconciliación y paz
Nacido en 1947, tras los horrores de la Segunda Guerra Mundial, este peregrinaje tiene sus raíces en la iniciativa de dos capellanes militares, el francés André Besombes y el alemán Ludwig Steger, quienes buscaron sanar las heridas de la guerra mediante la oración y la convivencia en Lourdes. Desde entonces, el evento ha crecido, convirtiéndose en una cita anual que reúne a militares, fuerzas de seguridad, familias y autoridades en un ambiente de reflexión y hermandad.
Este año, el tema elegido resonó profundamente con el Jubileo de la Esperanza convocado por el Papa Francisco. Como “centinelas de la paz”, según las palabras de San Juan Pablo II, los participantes renovaron su compromiso con los valores de servicio, solidaridad y reconciliación, llevando un mensaje de esperanza a un mundo marcado por conflictos.
Un programa cargado de espiritualidad y simbolismo
El 65.º Encuentro, que tuvo lugar del 16 al 18 de mayo, incluyó una serie de actos que combinaron momentos de oración, ceremonias militares y actividades fraternas. El viernes 16, la jornada comenzó con una ceremonia militar internacional en la Esplanada del Rosario, seguida por una procesión eucarística y la apertura oficial en la Basílica de San Pío X. El sábado 17 destacó por el “Challenge Internacional de Heridos y Válidos”, un evento deportivo que fomenta la inclusión y la superación, así como el Festival Internacional de Músicas Militares, que llenó las calles de Lourdes con melodías de bandas de diversos países, incluida la representación española en la Tour du Garnavie.
Uno de los momentos más emotivos fue la misa internacional del domingo 18, donde 210 militares recibieron el sacramento del bautismo y 503 fueron confirmados, un testimonio conmovedor de la fe que impulsa este peregrinaje. La jornada culminó con una emotiva despedida en la Basílica de San Pío X, donde los participantes renovaron su compromiso de ser agentes de paz en sus comunidades.
La participación española: un compromiso con la fe y el servicio
La delegación española, coordinada por el Arzobispado Castrense de España bajo el liderazgo de Monseñor Juan Antonio Aznárez Cobo, contó con alrededor de 600 peregrinos, incluyendo miembros de las Fuerzas Armadas, la Guardia Civil, la Policía Nacional y sus familias. Las actividades específicas para el grupo español incluyeron una misa en la Gruta de las Apariciones, un vía crucis monumental y el rezo del Santo Rosario en español, fortaleciendo los lazos de fe y comunidad.
El viernes 16, los peregrinos españoles iniciaron su jornada en Zaragoza, con una misa en la Basílica del Pilar antes de partir hacia Lourdes, un gesto que subraya la dimensión espiritual de su peregrinación.
Un mensaje universal de esperanza
El 65.º Encuentro Internacional de Militares en Lourdes no solo es un evento religioso, sino también un poderoso recordatorio de que la fe puede unir a personas de diferentes culturas y contextos en torno a un ideal común: la paz. Como destacó el Obispado Castrense francés, este peregrinaje permite a los militares encontrar en María “algo más que descanso: una dirección”.
En un mundo donde los conflictos persisten, este encuentro sigue siendo una semilla de concordia y un testimonio de que, incluso en las circunstancias más desafiantes, la esperanza y la fraternidad pueden prevalecer. Los peregrinos regresaron a sus países con el corazón renovado, dispuestos a ser constructores de paz no solo por deber, sino por amor.