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En medio del caos provocado por el apagón eléctrico que sumió a la Península Ibérica en la oscuridad el pasado lunes 28 de abril, dos agentes de la Guardia Civil, Diego y Daniel, se convirtieron en héroes anónimos al salvar la vida de Soledad, una vecina de Tres Cantos, Madrid.

La mujer, víctima de una grave caída por las escaleras de su domicilio debido a la falta de luz, sufrió una herida profunda en la pierna que desencadenó una hemorragia masiva. La rápida intervención de los guardias, quienes le aplicaron un torniquete de emergencia, fue decisiva para estabilizarla hasta la llegada de los servicios médicos.

El incidente ocurrió en un contexto de emergencia nacional, cuando un apagón generalizado dejó sin electricidad a millones de hogares, paralizando servicios esenciales y generando situaciones de riesgo. Según fuentes de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid, Soledad, al intentar desplazarse en su vivienda sin iluminación, tropezó y se lesionó gravemente con la barandilla de las escaleras. La herida, que comprometió una arteria, provocó una pérdida de sangre que ponía en peligro su vida.

Alertados por un vecino, los agentes Diego y Daniel, adscritos a la Comandancia de Tres Cantos, acudieron de inmediato al lugar. Con la formación en primeros auxilios que caracteriza a muchos miembros de la Guardia Civil, los guardias reconocieron la gravedad de la situación y actuaron con precisión. Utilizando un torniquete, lograron controlar la hemorragia, una técnica que requiere destreza y rapidez para evitar complicaciones. Su intervención permitió mantener a Soledad estable hasta que los servicios de emergencia, retrasados por las dificultades del apagón, pudieron trasladarla a un centro médico.

El pasado miércoles 30 de abril, en un gesto que refleja el compromiso humano de la Guardia Civil, Diego y Daniel visitaron a Soledad en Tres Cantos para interesarse por su recuperación. El emotivo reencuentro, captado por medios locales, mostró la gratitud de la vecina, quien atribuye su supervivencia al valor y profesionalidad de los agentes. “Sin ellos, no estaría aquí”, afirmó Soledad, aún convaleciente pero fuera de peligro.

Un reflejo de la Benemérita en acción

Este acto de heroísmo no es un caso aislado. La Guardia Civil, conocida como la Benemérita, tiene una larga tradición de servicio en situaciones de crisis. Fundada en 1844 por el II duque de Ahumada, la institución ha combinado su naturaleza militar con un profundo compromiso cívico, interviniendo en desastres naturales, rescates y emergencias humanitarias. En Tres Cantos, la Comandancia de Madrid, bajo el mando del coronel Carlos de Miguel García desde diciembre de 2024, ha reforzado su formación en técnicas de primeros auxilios, incluyendo cursos de “primer interviniente” que capacitan a los agentes para responder a emergencias médicas como la sufrida por Soledad.

El apagón nacional, cuyas causas aún están bajo investigación, puso a prueba la capacidad de respuesta de las fuerzas de seguridad. En Madrid, donde la densidad poblacional de 872 habitantes por km² exige una presencia policial robusta, la Guardia Civil desplegó patrullas adicionales para garantizar la seguridad y asistir a los ciudadanos. La acción de Diego y Daniel es un ejemplo del lema de la institución, “El honor es mi divisa”, que resuena en cada intervención que prioriza la vida y el bienestar de la ciudadanía.

La importancia de la formación en primeros auxilios

La rápida actuación de los agentes subraya la relevancia de la formación en primeros auxilios para las fuerzas de seguridad. La Comandancia de Tres Cantos ha impartido múltiples cursos de “primer interviniente” en los últimos años, con alta demanda entre los agentes. Estas capacitaciones incluyen técnicas como la aplicación de torniquetes, esenciales en casos de hemorragias masivas, y han demostrado ser un recurso vital en emergencias imprevistas.

El caso de Soledad también pone de manifiesto los riesgos que sufren personas mayores o con movilidad reducida. La ausencia de luz en escaleras y pasillos puede convertir accidentes domésticos en auténticas tragedias.

Un reconocimiento a los héroes cotidianos

La historia de Soledad y los agentes Diego y Daniel es un testimonio del impacto que los actos individuales pueden tener en momentos de adversidad. En un país donde la Guardia Civil es consistentemente una de las instituciones más valoradas por los ciudadanos, según encuestas anuales, este episodio refuerza la imagen de una fuerza que no solo combate el crimen, sino que salva vidas con profesionalidad y humanidad.

Desde Tribuna Benemérita, hacemos un llamamiento a reconocer el trabajo de los guardias civiles que, como Diego y Daniel, encarnan el Espíritu Benemérito de la Guardia Civil. Invitamos a los lectores a compartir sus historias de solidaridad durante el apagón, un evento que, aunque desafiante, sacó a relucir lo mejor de nuestra sociedad. Soledad, gracias a la valentía de dos agentes, puede contar su historia. Que su caso inspire a todos a estar preparados y a valorar a quienes, en la oscuridad, traen luz.