El Teniente Coronel MANUEL DE LA BARRERA CARO Y FERNÁNDEZ, que con el paso del tiempo no sólo alcanzaría también el generalato, sino que llegaría a ser Director General de Seguridad, estando considerado por algunos historiadores, como quien puso los cimientos de la moderna policía española.
Como nuevo jefe de la Comandancia de Cádiz, sería nombrado el 6 de julio de 1898 el Teniente Coronel MANUEL DE LA BARRERA CARO Y FERNÁNDEZ, que con el paso del tiempo no sólo alcanzaría también el generalato, sino que llegaría a ser Director General de Seguridad, estando considerado como quien puso los cimientos de la moderna policía española.
Natural de Lora del Río ingresaría en la milicia en 1871 como cadete de la Academia de Sevilla a los 17 años de edad. Su carrera militar estaría profundamente vinculada a Cuba y Puerto Rico, por lo que en este caso tampoco es difícil imaginar como viviría en su corazón el año del "Desastre".
El 10 de marzo de 1876 zarparía desde Cádiz en el vapor correo "Santander" llegando al puerto de La Habana veinte días más tarde. Durante los tres años siguientes acreditaría sobradamente su valor en los continuos combates que se sucederían contra los insurrectos siéndole otorgado en reconocimiento de tales hechos el grado de Capitán del Ejército y la cruz roja del mérito militar de 1ª clase.
Como consecuencia de una enfermedad cesaría en su destino y regresaría a la Península para pasar la convalecencia, llegando al puerto de Cádiz el 10 de mayo de 1879 en el vapor correo "Alfonso XII".
Una vez recuperado y tras diversos destinos en Madrid sería destinado el 30 de agosto de 1882 como Ayudante de Campo del Teniente General, MIGUEL DE LA VEGA INCLAN, Capitán General de la isla de Puerto Rico. El 10 de noviembre zarparía desde Cádiz en el vapor correo "Antonio López" llegando a San Juan de Puerto Rico trece días más tarde.
El 5 de febrero de 1884 pasaría destinado a petición propia a los Tercios de la Guardia Civil de Cuba. El 14 de marzo embarcaría abordo del vapor correo "Ciudad de Cataluña" llegando al puerto de la Habana cuatro días después.
Durante los seis años siguientes ocuparía diferentes destinos y sobre todo los de mando de diversos escuadrones de caballería del Benemérito Instituto en donde acreditaría una vez más su heroico valor.
Como hecho más distinguido de esa época se relata en su hoja de servicios el violento combate que sostuvo al frente de su escuadrón en la noche el 14 de junio de 1887 con una peligrosa partida de bandoleros, llegando a dar muerte personalmente al cabecilla de la misma FRANCISCO HERNANDEZ LOPEZ, alias "JUANJO ROMERO". Por tal motivo le fue concedida la cruz de 1ª clase del mérito militar con distintivo rojo.
En 1890 solicitó destino a la Península y tras serle concedido desembarcaría en Cádiz del vapor correo "Buenos Aires" el 17 de marzo.
Tras mandar durante tres años la Compañía de Marbella de la Comandancia de Málaga ascendería al empleo de comandante siendo destinado el 16 de enero de 1894 a la de Cádiz como 2º Jefe.
Sin embargo permanecería poco tiempo en nuestra ciudad ya que siete meses después pasaría nuevamente destinado a petición propia a los Tercios de Cuba. El 30 de octubre zarparía desde Cádiz a bordo del vapor correo "Buenos Aires" llegando a La Habana dos semanas después.
Durante los dos años siguientes dirigiría numerosas acciones en persecución del bandolerismo y de las partidas de insurrectos hasta que por orden del Teniente General VALERIANO WEILER Y NICOLAU, Capitán General de la isla de Cuba, sería nombrado el 21 de mayo de 1896 Jefe de Policía de la provincia de La Habana y en igual concepto en comisión de servicio en el Cuerpo Militar de Orden Público.
Durante los dieciséis meses que estaría en ese puesto realizaría brillantes y eficaces servicios acreditando una vez más su valor, sagacidad e inteligencia. En su impresionante hoja de servicios se dedican casi tres páginas para relatar aquellos que fueron acreedores de importantes felicitaciones o condecoraciones.
Entre ellos destacaremos la detención de varios anarquistas que habían colocado diversas bombas de dinamita en las cañerías del agua y del gas en la capital de La Habana y en el edificio de la propia Capitanía General de la isla; la captura de diferentes partidas de insurrectos ocupando grandes cantidades de explosivos que tenían preparados para emplearlos en la voladura de trenes y edificios de la ciudad, la aprehensión de multitud de armas, municiones, medicinas y todo género de pertrechos de guerra que se pasaban de contrabando a los rebeldes desde las propias líneas españolas llegando incluso a detener en una de esas veces a un teniente coronel del ejército como cabecilla de semejantes actos de traición así como la desarticulación de la asociación de los "Ñañigos", organización clandestina de insurrectos infiltrada entre la población civil de La Habana, deteniendo a varios centenares de sus integrantes que posteriormente serían deportados.
Como reconocimiento y recompensa de todo ello y otras muchas acciones más sería ascendido al empleo de teniente coronel y concedidas la Encomienda de Isabel la Católica, la cruz de 2ª clase del mérito militar con distintivo rojo pensionada y la cruz de 2ª clase del mérito militar con distintivo blanco también pensionada.
A finales de octubre de 1897 causaría baja en la guarnición de La Habana al haberle sido concedido el regreso a la Península. El 18 de noviembre llegaría al puerto de La Coruña en el vapor correo "Monserrat".
Comenzaría el año 1898 en situación de reemplazo en Sevilla pero al cabo de varias semanas trasladaría su residencia a Cádiz. Sin embargo el 25 de mayo es destinado a Teruel como Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil. Allí apenas permaneció un mes ya que el 6 de julio sería destinado para mandar la de Cádiz que había dejado vacante el ascenso del Teniente Coronel GAY.
Como Jefe de la Benemérita gaditana le tocaría la triste misión de recibir después de consumado el "Desastre" a los que habían sido sus superiores, compañeros y antiguos subordinados en la isla de Cuba.
Durante los últimos meses de 1898 y primeros de 1899 numerosos Guardias Civiles desembarcarían en los muelles del puerto de Cádiz tras dos semanas de navegación en vapores como el "María Cristina", el "Stugartt" o el "Lake Ontario".
JESÜS N. NÚÑEZ CALVO
Coronel Guardia Civil (R) y Doctor en Historia