La Guardia Civil ha recibido un espaldarazo clave en su batalla contra el narcotráfico en el Campo de Gibraltar tras la histórica decisión de la Audiencia Provincial de Cádiz de considerar como delito el petaqueo de gasolina.
En un acuerdo alcanzado el pasado jueves 10 de abril durante el Plenillo de magistrados de lo Penal, los jueces han resuelto que esta práctica, esencial para las operaciones de las mafias del narcotráfico, será castigada como un delito contra la seguridad colectiva bajo el artículo 568 del Código Penal, con penas de entre tres y ocho años de prisión. La medida refuerza el trabajo incansable de los agentes de la Guardia Civil, que día tras día arriesgan su seguridad para desmantelar las redes del crimen organizado en una de las zonas más calientes de Europa.
Un cambio de rumbo judicial
El petaqueo, la actividad de almacenar y transportar grandes cantidades de combustible para abastecer las lanchas de los narcos, ha sido durante años un desafío para las fuerzas de seguridad. Hasta ahora, los magistrados de la Sección 4ª de Cádiz aplicaban multas en casos donde no se demostrara un vínculo directo con el tráfico de drogas, dejando a los responsables fuera del alcance de penas privativas de libertad. Sin embargo, el nuevo criterio, impulsado por la Fiscalía Antidroga y respaldado por las secciones 1ª, 7ª y la de Ceuta, cambia las reglas del juego: el mero hecho de manejar miles de litros de gasolina sin autorización será considerado un riesgo deliberado para la seguridad pública.
El artículo 568 del Código Penal, que sanciona la tenencia o transporte no autorizado de sustancias inflamables, será ahora la herramienta para perseguir estas conductas, incluso sin necesidad de probar la conexión con las mafias. “El petaqueo no es un delito menor; es el combustible literal de los narcos”, afirmó un agente del Servicio Marítimo de la Guardia Civil en Algeciras, quien prefirió mantenerse en el anonimato. La normativa establece un límite de 60 litros de gasolina para particulares —240 para gasóleo—, por lo que operaciones con miles de litros, como las que la Guardia Civil intercepta habitualmente, quedan claramente fuera de la legalidad.
El papel clave de la Guardia Civil
La decisión judicial es un reconocimiento implícito al esfuerzo de la Guardia Civil, cuyos agentes han sido fundamentales para documentar y combatir el petaqueo en el Estrecho. Operaciones como las llevadas a cabo por la Unidad Orgánica de Policía Judicial, el GAR y el Servicio Marítimo en distintos puntos de la Zona de Gibraltar, Huelva y Almería han permitido incautar toneladas de combustible en los últimos años, a menudo en almacenes clandestinos o en vehículos adaptados para el transporte ilícito. Solo en 2024, según datos oficiales, la Comandancia de Cádiz decomisó más de 50.000 litros de gasolina destinados a las narcolanchas, un golpe directo a la logística de las mafias.
El punto de inflexión llegó tras un auto de la Sección 7ª de Algeciras, que evaluaba la libertad provisional de un detenido con 5.000 litros de gasolina. El magistrado Juan Carlos Velasco Perdigones argumentó que el almacenamiento y transporte de combustible en esas cantidades supone “un riesgo consciente y voluntario para la seguridad colectiva”, al incumplir la normativa sobre hidrocarburos. Este razonamiento, respaldado por la fiscal antidroga Ana Villagómez, marcó el camino para la reunión del Plenillo, donde los jueces debatieron intensamente antes de adoptar el nuevo criterio por mayoría.
Un mensaje claro a los narcos
Para los guardias civiles que patrullan el Campo de Gibraltar, esta resolución es más que una victoria judicial: es un mensaje de firmeza. “Cada bidón que quitamos de la calle es una lancha menos que cruza el Estrecho con droga”, señaló un miembro del Grupo de Acción Rápida (GAR) destacado en la zona. La Guardia Civil, que ha perdido agentes asesinados y heridos por los narcos en los últimos años, sabe bien el precio de esta lucha. La nueva interpretación del artículo 568 no solo facilita la persecución de los petaqueros, sino que eleva la presión sobre las redes que dependen de ellos para operar.
La fiscal Villagómez, pionera en esta batalla jurídica contra el narcotráfico, celebró el acuerdo como “un paso decisivo para asfixiar la logística del narcotráfico”. En el horizonte, los agentes esperan que la medida disuada a quienes ven en el petaqueo una vía rápida de ingresos, mientras refuerza la coordinación entre la Guardia Civil, la Fiscalía y los tribunales para cerrar el cerco sobre las mafias.
Un compromiso renovado
En un año marcado por distintos retos, donde la Guardia Civil ha demostrado su compromiso con la ciudadanía, este avance judicial fortalece el esfuerzo de sus agentes. Desde los muelles de Algeciras hasta los caminos de La Línea, la Guardia Civil sigue siendo, 181 años ininterrumpidos después, un símbolo de resistencia frente al crimen.