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Hoy, la guardia civil Mari Carmen Hernández Alonso pasa a la reserva tras 35 años, 6 meses y 2 días de servicio a la ciudadanía. Su trayectoria en la Guardia Civil ha estado marcada por la vocación, el esfuerzo y la profesionalidad.

En 1989, Mari Carmen ingresó en la Academia de la Guardia Civil de Baeza, formando parte de la 95 promoción, la segunda promoción de mujeres que pudo acceder al Cuerpo como agentes de la autoridad.

Su primer destino la llevó a San Carlos de la Ràpita (Tarragona), donde se enfrentó a uno de los momentos más difíciles de su trayectoria profesional: el atentado de ETA que sacudió la localidad. Un coche bomba con 40 kilos de amonal explotó cerca del Cuartel de la Guardia Civil, poniendo a prueba la resistencia y el temple de quienes estaban allí. Gracias a la rápida evacuación, no hubo víctimas, pero aquel suceso dejó una profunda marca en su experiencia profesional.

Tras su paso por San Carlos de la Ràpita continuó su trayectoria en Pamplona y posteriormente en San Jaime de Enveja también en Tarragona.

En 1997, Mari Carmen fue destinada al Puesto Ordinario de Llíria (Valencia), que con el tiempo evolucionó hasta convertirse en Puesto Principal.

A partir de 2008, Mari Carmen asumió funciones en el Área de Atención al Ciudadano, donde su cercanía y compromiso fueron clave para ayudar a resolver los problemas cotidianos de la población. Su labor en este ámbito fue mucho más que administrativa: fue un rostro de apoyo, de soluciones y de confianza para quienes acudían en busca de ayuda.

Sin embargo, su mayor entrega llegó en Violencia de Género (Viogen), donde desempeñó su labor durante los últimos 14 años y hasta su pase en el día de hoy a la reserva. En este servicio, Mari Carmen trabajó incansablemente para garantizar la protección de víctimas, aportando seguridad, respaldo y esperanza a muchas mujeres que se enfrentaban a situaciones difíciles. Su dedicación en esta área ha sido fundamental en la lucha contra la violencia machista, dejando una huella imborrable en cada caso que atendió.

Hoy, tras más de tres décadas de servicio, Mari Carmen deja atrás el uniforme, pero no los valores que han guiado su carrera. Su legado es el testimonio de una vida dedicada a la seguridad, la protección y el compromiso con los demás.

Un artículo de MCCF