Nunca lo ha utilizado pero como rey de España, Felipe VI es, también, conde de Barcelona.
Ayer, en un recorrido físico que comenzó en el salón Alimentaria, sito en el recinto ferial de Hospitalet, y se cerró en el Puerto Olímpico, el Rey volvió a reiterar su compromiso de años con la ciudad y, por extensión, con Cataluña.
Los efectos retardados del procés siguen marcando la presencia del Rey en tierras catalanas donde aún persiste la actitud del presidente de la Generalidad, Pedro Aragonés, y de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, de no recibir, ni acompañar al jefe del Estado durante su estancia en la ciudad. Tanto Aragonès como Colau estuvieron ayer en Alimentaria pero evitaron, en lo posible, interactuar con el Rey hasta el punto de que el presidente abandonó el stand de Cataluña minutos antes de la llegada del Rey. La descortesía institucional es ya un clásico.
El Jefe del Estado recibió en el palacete Albéniz a la junta de gobierno del Círculo del Liceo
Un mes después de su presencia en el Mobile World Congress, el Rey volvió a recorrer los diferentes pabellones del recinto de la Feria en Hospitalet, como hizo hace algunos meses al inaugurar, junto al presidente Pedro Sánchez, el Salón del Automóvil. La presencia del Rey en los certámenes que se celebran en Barcelona no es más que la evidencia de su apoyo a uno de los motores económicos de la ciudad y su compromiso con las instituciones que los avalan.
El recorrido, por la tarde, por el Puerto Olímpico fue más allá de la muestra de su interés por la transformación del recinto. Hace justo treinta años, a las puertas de la inauguración de los Juegos Olímpicos, el entonces príncipe de Asturias pasó varias jornadas en las instalaciones entrenando para su participación en el equipo de vela. Recordó su participación en la competición (aunque no obtuvo medalla) en unos tiempos en los que las instalaciones estaban recién inauguradas y se interesó por la transformación que está impulsando el Barcelona Servicios Municipales (B:M.S).
Acompañado por el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas; la delegada del Gobierno en Cataluña, Maria Eugenia Gay; los tenientes de alcalde de Barcelona, Jaime Collboni y Janet Sanz; el concejal de Deportes y del distrito de San Martín, David Escudé, y la directora general de B:SM, Marta Labata, y varios dirigentes de la Federación Catalana de Vela, recorrió el Muelle de Gregal. La proximidad del trigésimo aniversario de los Juegos Olímpicos y la celebración, en el 2024, de la Copa del América de vela (que tendrá su base principal en el Puerto Viejo), justifican la visita. Jaime Collboni explicó al Rey la transformación del Puerto Olímpico en un espacio referente con actividades vinculadas a la promoción económica y de fomento de la economía azul, con el mar y los barcos de fondo. Collboni, entusiasta avalador del proyecto, agradeció al Rey su interés por el Puerto Olímpico y los proyectos de transformación que se están llevando a cabo en Barcelona y enmarcó la visita en un “proceso de normalización institucional”.
En la visita del Rey a Barcelona no faltó un reconocimiento al papel de la sociedad civil. En el palacete Albéniz recibió a los miembros de la junta de gobierno del Círculo del Liceo, encabezada por su presidente Francisco Gaudier y su vicepresidente Javier Godó, conde de Godó, a quienes agradeció la labor de la entidad a lo largo ya de más de un siglo y medio, en apoyo de las artes y la música.