Dejamos atrás el Museo de Historia y las Minas Oya y nos dirigimos hacer otra visita. Saliendo del recinto, ya en el parking grande, giramos a la izquierda y vamos andando por la carretera 188 bordeando el Monte Otome. Os dejo mapa de la zona cogido de la página Ooyaji.jp.
En nuestro paseo vimos algunas casas junto a la carretera pero no vimos a nadie en las inmediaciones.
Frente a las casas y muy pegado a la carretera se encuentra este precioso cementerio.
Estas tumbas deben ser de alguien especial ya que estaban apartadas de las demás y bajo la roca.
Por los alrededores se ven formaciones rocosas de Oya y casas abandonadas.
Pasamos por delante del Templo Ooyaji, le hago una foto y continuamos primero para ver otro lugar.
Llegamos al Cañón Heiwa donde en su entrada verás varios carteles informativos e inscripciones en placas.
Cuando salimos del cañón y sus muros altos de piedra, nos encontramos con la impresionante imagen de la diosa Heiwa Kannon con sus 27 metros de alto y que está tallada en la piedra de una antigua cantera.
La diosa fue tallada en 1948 completamente a mano por el albañil Namizo Ueno que perdió a sus dos hermanos en la Segunda Guerra Mundial, mientras trabajaba en la estatua rezaba por la paz mundial. El albañil se quedó sin fondos y no pudo terminar su obra.
La Asociación de Turismo de Oya se hizo cargo del proyecto y pidió al profesor Tobita, un escultor y profesor de la Universidad Nacional de Bellas Artes y Música de Tokio, que se hiciera cargo del proyecto y lo finalizara. A Tobita no le gustó el trabajo hecho por el albañil y decidió quitar la cabeza a la estatua y esculpir una nueva quedando finalizada en 1954. La estatua se llamó Ohya Heiwa Kannon (Diosa Pacífica de la Misericordia).
En los alrededores hay una gran esplanada, unos jardines, varios monolitos de piedra Oya, un cementerio y baños públicos.
En el lateral derecho de la estatua hay unas escaleras para subir al mirador y ver la imagen más de cerca, las vistas son impresionantes.
La estatua está rodeada de ciento de monedas que le echan los visitantes. Tanto el acceso al mirador como para ver a la diosa Heiwa Kannon es gratuito
Bajamos las escaleras y nos vamos a visitar el Templo Ooyaji con más de 1200 años de antigüedad. A la entrada del templo nos recibe un monje que nos invita a entrar, nos indica donde está la taquilla y sacamos los tickets que nos cuesta 500 yenes cada una (unos 3 euros), también compramos la libreta o "goshuincho" típica por 1300 yenes (8,21 euros) cada una para poner los sellos o "goshuin" que iremos coleccionando en nuestra primera visita al país nipón.
El sello nos costó 500 yenes (3 euros) a cada una y nos lo hicieron a mano en el momento, total pagamos unos 14 euros cada una. Comprar la libreta en este templo fue todo un acierto ya que fue el sitio más barato que vimos en toda nuestra ruta por Japón y también el más bonito, ósea que genial cada sello es distinto en cada lugar, en él se puede leer la fecha de visita, el lugar donde se encuentra y la deidad consagrada en ese templo o santuario. En la mayoría de los templos se consiguen los sellos pagando y en otros lugares los puedes encontrar gratis, tienen una mesita con el sello en cuestión e incluso hojas en blanco por si no tienes la libreta, también hay sellos en tiendas, castillos y otros lugares, al final creo que nos trajimos la libreta completa
El templo se fundó en el año 810 por el monje budista Kobo Daishi y está situado en un valle que contiene las ruinas de un asentamiento del período Jōmon. El templo pasó a formar parte de la ruta Bandō Sanjūsankasho en elperíodo Kamakura
El templo se ha quemado en varias ocasiones destruyéndose así la mayor parte de su historia documental. Sus recintos fueron excavados en 1965 y se encontraron estatuas de Buda del período Kamakura, piedras votivas que datan de 1363 y un cuenco de cobre que data de 1551. El Templo Ooyaji ha sido designado a nivel nacional como Sitio Histórico Especial, Propiedad Cultural Importante, Lugar de Belleza Escénica y es la parada número 19 de la Peregrinación Bando del período Kamakura.
Dentro del templo que está excavado en la cueva, aparece ante ti la imagen de la diosa Ooya Kannon, la estatua de Buda en piedra más antigua de Japón. Senju Kannon tiene mil brazos y mil ojos, uno en cada palma de la mano. Con sus numerosos brazos, el bendito Kannon salva a todas las personas y criaturas del universo. Cuando entramos a la caverna le hice una foto a la diosa y rápido vino un monje a decirme que no se podía hacer fotos, se puso delante de la diosa y rezó algo como pidiendo perdón por mi error, o al menos nosotras lo interpretamos así, después se quedó muy cerca nuestra para que no volviéramos hacer más fotos
En el exterior se pueden ver varios budas y otros elementos decorativos tallados en piedra.
Terminando de ver los exteriores del templo, el monje nos indica por donde continuar la visita.
Continuamos por el precioso jardín japonés Bentendo que cuenta con un pequeño estanque, un puente rojo estilo japonés, preciosos árboles con colores otoñales, diversas flores, y todo presidido por una serpiente blanca que tiene una leyenda.
En el pasado, una serpiente venenosa vivía en este estanque y causaba problemas a la gente esparciendo veneno. En la época de Daido e Hironin, Kobo Daishi se enteró de esto y utilizó un método secreto para exterminarla. Después de eso, la serpiente venenosa cambió de opinión y se convirtió en una serpiente blanca al servicio de Benzaiten. Se dice que si frotas ligeramente la cabeza de la serpiente blanca después de visitar el santuario, recibirás buena suerte, yo no lo hice porque me acabo de enterar, espero que no me acompañe la mala suerte porque tengo el cupo lleno desde hace años, jajajaja.
Paseamos por el bello puente rojo y sus jardines sin gente, apenas éramos 4/5 personas.
El jardín es un lugar precioso para estar en contacto con la naturaleza, transmite mucha paz paseando por un sendero llegamos a otro puente rojo donde vimos una Garza Morena, también conocida como Garza Azúl, puede llegar a medir más de 110cm de longitud, esta medía unos 60cm o más.
Junto al puente se puede ver un pequeño cementerio.
Subimos unos escalones por un sendero hasta la parte alta del Monte Otome pero no se ve gran cosa por los alrededores y volvimos a bajar. Cerca del estanque se encuentra el Templo Jodoin y junto a la puerta se pueden ver las figuras talladas en piedra de Nyoirin Kannon y Senju Kannon.
Nos dirigimos a la salida del templo y nos despedimos del monje. En la calle nos espera otra persona que está dirigiendo y ayudando a cruzar la calle a los peatones que salimos del templo, aquí todo es así, gente controlando los accesos de cualquier lugar para que no corras peligro imagen de la fachada principal del templo.
Frente al templo y encima de una gran roca, se puede ver una pequeña diosa tallada en la piedra.
De camino al coche vemos como siguen excavando en las rocas, parece que en poco tiempo abrirán otra zona para visitar, tiene toda la pinta. No he visto más gente trabajando por metro cuadrado que en Japón, en este solar había al menos 30 personas y todos haciendo algo, no como en España que trabajan tres y ocho miran, jajajaja.
Junto a las excavaciones se encuentra el pequeño santuario sintoísta Oyamaafuri Shrine. La puerta torii y el santuario están hechos de piedra de Oya.
Nos dirigimos al coche y volvemos a pasar por el Oyakeikan Park donde se pueden ver las impresionantes formaciones de roca Oya, el lugar es precioso, hay mesas de picnic para descansar y disfrutar del bello entorno.
Cogemos el coche y nos dirigimos a nuestra próxima visita del día
Texto y Fotos: MONTSE CASCALES LÁZARO