El Ministerio de Interior realizará una «actualización del despliegue territorial» de la Benemérita" en la provincia de Burgos, pero manteniendo sus unidades.
Desde el Gobierno central se ha afirmado que el objetivo de esa modificación de la estructura territorial del Instituto Armado tiene por objetivos «racionalizar los efectivos disponibles», que cada vez son menos -en la provincia de Burgos se han perdido cerca de un centenar en una década-, y «adaptar el despliegue a criterios técnicos en los que impere garantizar la seguridad ciudadana». Y continúa señalando que «esta adecuación organizativa persigue ofrecer un servicio de mayor calidad y más acorde al momento histórico actual».
No se aportan más detalles a la pregunta que sobre el futuro de la Guardia Civil, han realizado los parlamentarios burgaleses al Ejecutivo, aseguranso además el Gobierno que «en Burgos no hay en fase de estudio propuestas de integración, supresión y traslado de unidades». Es decir, por el momento el despliegue en esta provincia se mantiene.
La respuesta gubernamental es llamativa no solo porque reconoce haber iniciado esa reorganización territorial, aunque no describa cómo se va a acometer, sino porque lo hace contestando a una cuestión que no hacía referencia expresa a ese cambio en la estructura del Cuerpo. Después de que en noviembre Interior informara de que iba a invertir 396 millones de euros para situar a la Policía Nacional y a la Guardia Civil a la vanguardia de la sostenibilidad y eficiencia energética, el PP solo pedía información sobre las instalaciones de la Benemérita en la provincia de Burgos donde se iban a llevar a cabo tales inversiones, desglosadas por cuarteles, detalles de las obras e importes y plazos de ejecución.
En la misma respuesta, el Gobierno señala que, «frente a los recortes que debilitaron la presencia» de la Guardia Civil en el territorio, ha «recuperado los efectivos perdidos, hecho la mayor inversión en infraestructuras de los últimos 15 años y mejorado los medios y las condiciones laborales de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado».
En el caso de Burgos, el Ejecutivo central falta a la verdad en cuanto a la recuperación de efectivos en la Guardia Civil. Tras caer el número de agentes a mínimos históricos entre los años 2016 y 2018 en ambos cuerpos, el ritmo al que están recobrando agentes es bien distinto. Mientras que la Policía Nacional se está reponiendo de la sangría con una agilidad pasmosa, al Instituto Armado le está costando una barbaridad, al punto de que todavía tiene 90 agentes menos que en 2011.
La Policía Nacional tenía en 2011, antes de que se dejasen notar los efectos de los recortes en las tasas de reposición de personal de la Administración del Estado, un total de 447 efectivos en la provincia de Burgos. La cifra descendió de forma paulatina hasta los 380 de 2017, pero en 2021 recuperó todo el personal perdido, pues ya son de nuevo 446 efectivos.
La tendencia en la Benemérita no ha sido, ni mucho menos, similar. Si en 2011 contaba con 898 guardias civiles en 2021 la cifra se sitúa en 810, solo 34 por encima del mínimo al que llegó en 2018.