En un acto totalmente indigno y falto de moral y de escrúpulos, el asesino terrorista Manuel Pérez Martínez, «Camarada Arenas», jefe de los GRAPO, presentó el pasado 27 de septiembre en Portugalete un libro que no es más que un panfleto de enaltecimiento, blanqueamiento y glorificación a la banda terrorista responsable de 93 asesinatos.
Este asesino, que sigue sin arrepentirse de sus crímenes, se atreve a reafirmarse en su «lucha» y principios terroristas, utilizando para ello un espacio municipal cedido por el Ayuntamiento de Portugalete a una asociación para blanquear el terrorismo y ensalzar a los GRAPO como si fueran héroes de una causa justa, cuando no son más que verdugos de inocentes.
Un espacio público, financiado por contribuyentes honrados, no debería convertirse en el escenario de una especie de fiesta donde un terrorista presume de su historial criminal
La presentación del libro «PCE(r) 50 años de Resistencia» no fue un evento inocuo, sino una apología descarada del terror. El asesino Pérez Martínez en su alegación negó cualquier arrepentimiento y prometió que el terrorismo, movimiento lo llamó él, resurgirá con más fuerza.
Ante un público entregado, honró a sus compañeros caídos —asesinos que sembraron el pánico y el terror en España— y exhibió sus pinturas carcelarias, como si el arte pudiera lavar la sangre de sus manos.
Este personaje es responsable directo, entre otros horrores, del secuestro y desaparición del empresario Publio Cordón, cuyo cuerpo aún yace en algún lugar ignoto, negando a su familia el descanso que merecen.
Lo más escandaloso de este caso es que el acto se celebró en Merkatua, un espacio propiedad del Ayuntamiento de Portugalete cedido a una asociación que, al parecer, prioriza la propaganda terrorista por encima de la decencia.
Esta cesión viola flagrantemente la sección cuarta del Convenio firmado en 2015 entre el consistorio y la entidad gestora, que sin duda prohíbe actividades que promuevan el odio o el enaltecimiento de la violencia. Es una inmoralidad absoluta permitir que un terrorista utilice recursos públicos para reafirmar su compromiso con la barbarie.
Como sociedad no deberíamos como sociedad aterrorizada por décadas de sufrimiento a manos de terroristas, que se tolere el blanqueo del mal. Como no deberíamos permitir que las instituciones, encargadas de proteger la memoria de las víctimas, se plieguen ante presiones políticas o ideológicas que favorecen a los verdugos, como ha ocurrido en Portugalete, donde hemos visto que un espacio público haya sido profanado y convertido en altavoz para quienes justifican el asesinato y el terrorismo como una supuesta “lucha” o “resistencia”, que no tienen ningún recorrido en una democracia.
Es peligroso, es inmoral y es una traición a las víctimas del terrorismo, a sus familias y a todos los que defienden el Estado de Derecho y no es de recibo que ayuntamientos como el de Portugalete, por negligencia o por complicidad, permitan a los asesinos que poco a poco vayan desarmando moralmente a la sociedad española.
Desde Tribuna Benemérita, exigimos que se investigue esta aberración, que se depuren responsabilidades en el Ayuntamiento y la asociación, y que se cancele cualquier cesión de espacios que pueda servir de plataforma al enaltecimiento del terrorismo.
Las víctimas merecen justicia, no ver cómo sus verdugos pasean su impunidad por espacios públicos cedidos por instituciones supuestamente democráticas y no deberíamos que se pisotee la memoria y la dignidad de las víctimas, ni el sacrificio de quienes lucharon para acabar con la lacra del terrorismo en nombre de una falsa tolerancia.
Foto: COVITE
Por Antonio Mancera Cárdenas, Director de Tribuna Benemérita