El 22 de noviembre de 1921 llega a Lima un contingente de la Guardia Civil cuyos efectivos tienen la misión de asesorar y desempeñar el cargo de profesores de la Escuela de Policía y Gendarmería para la creación de la Guardia Civil peruana.
Apenas dos años antes, el Presidente de la República de Perú, Augusto B. Leguí y Martínez, al inaugurar su gobierno dictó un Decreto por el que creaba la Escuela de Policía, a cuya entrada se colocó un rótulo en el que se leía “El honor es mi divisa, como en la madre patria”.
Posteriormente, el gobierno contrató ante el de su majestad Alfonso XIII una misión de la Guardia Civil Española en cuya Resolución de 16 de agosto de 1921 se determinaban las atribuciones, cuyo ejercicio debía corresponder a la Misión Policial Española.
La primera misión española la conformaba un contingente compuesto por el Teniente Coronel Pedro Pueyo España, el Capitán Bernardo Sánchez Visaires, el Teniente Adolfo Carretero Parreño y el Sargento José Gómez Hernández y las condiciones en las que habrían de ir eran las estipuladas en contratos celebrados con miembros de otras naciones y muy parecidas a las acordadas con Costa Rica: el Jefe, 150 libras de oro peruanas mensuales y 110 el capitán (la libra valía 31 pesetas, aproximadamente).
En menos de un mes presentaron al Gobierno Peruano 12 proyectos contenidos en un cuaderno de 300 páginas, comprendiendo la organización de la Guardia Civil, la del Cuerpo de Seguridad y la del de Investigación, la de la Escuela de Policía y Guardia Civil, leyes de ascensos, de reenganches, de pensiones y retiro, montepío y viudedades, extranjería, reglamentos de la Guardia Civil y de la Escuela y ley sobre la prostitución y profilaxia social.
Este fecundo trabajo determinó al gobierno a dictar el decreto del 3 de julio de 1922, donde el Presidente decretaría lo concerniente a la organización de la Escuela de Policía. Por razones de salud, a los pocos meses regresó a España el Teniente Carretero, siendo reemplazado por el de igual empleo, Fernando Gómez Ayau.
Esta primera misión permaneció hasta el año 1923, siendo relevada por otra presidida por el General de Brigada Antonio Sánchez Sánchez, que arribó a Lima en los primeros meses de 1924 y se hizo cargo de la Inspección General de la Guardia Civil y Policía hasta el año 1927. Estas misiones fueron ampliadas en 1925 con el Comandante Juan Vara Terán y en 1927 con el Teniente Reparaz Araujo.
Al poco de regresar a España la primera Misión por término de contrato, se designó una segunda, integrada por el Coronel José Gil de León y los Capitanes Ángel Valcárcel Bosque y Miguel Andrés López, regresando a España a mediados de 1931. En 1949, con el fin de mejorar y reorganizar los servicios de la Guardia Civil peruana fue contratada una tercera Misión, compuesta por el Coronel Manuel Rodrigo Zaragoza, el Teniente Coronel Eduardo Fraile Mantecón y los Comandantes Victoriano Suanzes Carpegna Suanzes y Luis Gil-Delgado Crestar.