El 18 de noviembre de 1844 llegaron a Pamplona los primeros guardias civiles para proceder a la organización del Décimo Tercio del Cuerpo. El despliegue de efectivos comprendió sólo la provincia de Navarra, con cabecera en Pamplona. Fue el más pequeño de la Península, con los guardias civiles de una compañía de Infantería y una sección de Caballería.
El asignar un Tercio a Navarra fue porque constituía distrito militar. Los primeros guardias civiles procedentes de Leganés y Vicálvaro llegaron a Burlada el 18 de noviembre de 1844, donde permanecieron instruyéndose hasta el 7 de diciembre, fecha de la presentación en Pamplona.
El mando superior del citado tercio se asignó al coronel efectivo del Ejército, Teniente Coronel Antonio María Alós, natural de Navarra, primer comandante de la extinguida Guardia Real.
El 5 de enero de 1845 se constituyeron los primeros destacamentos en Estella, Elizondo, Lacunza, Barascain e Irurzun y en otras poblaciones. De este modo, en todo el primer semestre quedaron establecidos diecinueve puestos, comenzando el personal a prestar el servicio propio del Cuerpo.