El 30 de septiembre de 1987 se detuvo en la localidad de Anglet (Francia) al dirigente de ETA Santiago Arróspide Sarasola, “Santi Potros”, considerado jefe militar de ETA.
Durante el periodo en que dirigió la actividad de los comandos, ETA alcanzó sus mayores grados de letalidad con atentados como el de Hipercor, con 21 asesinados, y el realizado por el comando Madrid contra un transporte colectivo de la Guardia Civil en la plaza de la República Dominicana de Madrid, con un saldo de 12 guardias civiles asesinados.
La operación policial, llevada a cabo por Guardia Civil en colaboración con la Gendarmería Nacional francesa, además de la detención de Santiago Arróspide Sarasola, supuso la incautación de un importante volumen de documentos e informaciones sobre objetivos de ETA y estructuras de la organización terrorista en Francia.
La explotación de la documentación intervenida supuso la detención de varios centenares de miembros de ETA por parte de la Guardia Civil en España. Igualmente, gracias al riguroso análisis de la información intervenida, fue posible actuar sobre diversas estructuras que eran utilizadas por los terroristas para su actividad criminal: el descubrimiento de 14 pisos de infraestructura y de un local utilizado para retener a personas secuestradas por la organización terrorista, además de diferentes depósitos de armas y explosivos.
Además de la importancia que siempre ha tenido la detención de cualquiera de las estructuras dirigentes de ETA, en este caso su arresto permitió poner freno a la letal campaña de atentados indiscriminados cometidos por los comandos terroristas que dependían de él.