“Nunca se atribuya a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez”. Hanlon
La Coalición Compromiso algunos la conocen simplemente como Compromís, atacaba a la Guardia Civil por mantener “simbología franquista” en sus escudos, para ello realizaba una interpelación al Ejecutivo en sede parlamentaria sobre signos franquistas en la Guardia Civil, como por ejemplo en su emblema. El emblema del Cuerpo, se representa con un haz de líctores y una espada desnuda en banda, en posición rendida, todo ello coronado con corona real.
No vamos a hablar ni a explicar a estas alturas, que el haz de líctores es un símbolo romano que representa autoridad”, recalco lo de romano, por aquello de que los “señores” de la Colaición Compromiso se sitúen en el tiempo y en la época en que nace este símbolo, no vamos a explicar que el mismo representa a “los líctores”, funcionarios públicos que durante el periodo republicano de la Roma clásica se encargaban de escoltar a los magistrados curules, marchando delante de ellos, e incluso de garantizar el orden público y la custodia de prisioneros. Estos funcionarios portaban al hombro las “fasces”, que simbolizaban “la potestas (el poder) y el imperium (la capacidad de instrucción y mando) de la persona a la que acompañaban”. No vamos a explicar que la espada de nuestro emblema se encuentra “en posición rendida”, porque representa “la sumisión de la fuerza al servicio de la autoridad legalmente constituida”, ni por supuesto que la corona que dorona el escudo de la Guardia Civil representa al Reino de España. Ni siquiera vamos a explicar que este mismo simbolo franquista, está presente en lugares el Tribunal Supremo español así como en un gran número de los palacios de Justicia de España, como símbolo de justicia, Como presente está presente en lugares tan franquistas como el Lincoln Memorial, el monumento más conocido de Washington (EE UU), como símbolo en Estados Unidos, como lo fue en la antigua Roma, de la autoridad de la República, o en el conocido Parlamento franquista de Virginia, donde la representación de George Washington se apoya en unos fasces, o en Francia, donde las fasces aparecen en el centro de su escudo nacional.
Vamos a hablar de los “chicos” de la Coalición Compromiso (un diputado y un senador), de su pregunta parlamentaria y de la respuesta que les han dado desde el Gobierno, haciendo hincapie precisamente en lo anteriormente explicado sobre el emblema de la Guardia Civil y que al parecer no les ha gustado mucho, puede que sea porque no hayan entendido las explicaciones, tener una falta de entendimiento bastante grave para comprender las cosas, es decir, demostrando no solo lo que es un ejemplo de estupidez humana, sino política.
Vamos a hablar de estupidez y de estúpidos, humana y política, y para eso recordemos el principio ‘filosófico’ de Hanlon, que dice que «nunca se atribuya a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez». Nunca hizo tanta falta la filosofía en la educación para poder explicar el comportamiento, la maldad y la estupidez de algunos sectores.
Es curiosa, con la crisis que estamos sufriendo, la incapacidad de algunos políticos para generar valor compartido, para dar respuesta y buscar soluciones a los problemas reales de sus conciudadanos, deberiamos entender entonces, que es la propia estupidez de quien en estos momentos, se preocupa más por el emblema de la Guardia Civil que por las necesidades reales de la sociedad.
Y para hablar de estupides, de estúpidos, humanos, sociales y políticos, no hay mayor figura que Carlo M. Cipolla, el economista que escribió en 1976 un magistral tratado sobre lo que él percibía como una de las mayores amenazas de la humanidad: la estupidez. Como ya sabemos, Cipolla describía cuatro tipos de personas, según si estas eran capaces de aportar beneficios a su entorno y si eran capaces de aportar valor para sí mismos, y como nos han demostrado una vez más, algunos sectores de la sociedad, algunos grupos políticoss, como es el caso, ni una ni otra cosa, como veremos.
En estos grupos estarían los catalogados como "inteligentes o colaborativos", aquellos que crean valor al conjunto, generando beneficio también para ellos, los "ingenuos o altruistas" que crean valor colectivo, pero se perjudican a sí mismos, los "perversos o egoístas" que, con sus acciones, obtienen beneficio personal a costa de perjudicar al resto, y la “especie” más peligrosa, los "estúpidos" que además de no aportar nada, destruyen valor para todos, perjudicándose también a sí mismos, en el caso que nos ocupa revelando su propia ignorancia.
Cipolla creó además cinco leyes sobre la estupidez humana que deberíamos tener presentes, la primera de ellas decía que: “Siempre e inevitablemente tendemos a subestimar el número de estúpidos en circulación”. Según esta ley, el número real de estúpidos es superior a nuestras percepciones, y lamentablemente muchos estúpidos quedan enmascarados tras importantes cargos, posiciones o niveles educativos. Os suena, ¿verdad?
La segunda: “La posibilidad de que una persona sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de esa persona”. La estupidez hoy, como vemos a diario, es omnipresente, y aparece en cualquier estamento o condición social, independientemente del género, religión, profesión, edad, cargo o preferencias políticas.
La tercera mantiene que: “Un estúpido no puede evitar hacerse daño a sí mismo, causando a su vez daño a su entorno”. Como en este caso su tendencia natural es crear problemas y no soluciones.
La cuarta: “Tendemos a desestimar las consecuencias catastróficas de relacionarnos con un estúpido”, deberíamos intentar detectar a los estúpidos antes de que sea demasiado tarde.
Y la quinta y última: “Un estúpido es más peligroso que un egoísta”, el egoísta es racional, mientras que el estúpido suele tomar decisiones y llevar a cabo acciones o…, preguntas en el Congreso, absurdas e inesperadas. Los estúpidos pasan por la vida generando conflictos, sin beneficio para nadie (ni para ellos mismos). Imaginaos si el estúpido es además político.
Mantenía por último Cipolla, que el mundo estaba lamentablemente plagado de estúpidos, que traducido a lo español significa que en España tenemos más estúpidos que botellines.
Antonio Mancera Cárdenas
Director Tribuna Benemérita