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Ministerio de Interior una decisión inmoral, indecente, inadecuado e inadmisible

Las cualidades morales del Guardia Civil han sido desde la fundación de la Institución, un verdadero orgullo para los agentes del Cuerpo, conocidos y reconocidos por la sociedad precisamente por ser ejemplo de todos y cada uno de ellos.

Esas cualidades morales fueron, además, un proyecto y un deseo personal del propio Duque de Ahumada, que quería que la Guardia Civil y sus agentes se distinguiesen de anteriores cuerpos e instituciones policiales de seguridad pública, que habían precedido al nuevo Cuerpo que nacía, y que a pesar de que todas ellas seguramente habían nacido con un propósito justificado, habían terminado desapareciendo, algunas con muy poca gloria y otras con auténtica vergüenza, como el caso de la Policía General del Reino, creada por real cédula de 8 de enero de 1824 durante el régimen absolutista de Fernando VII y abolida por corrupta mediante por el decreto de 2 de noviembre de 1840. Repito, abolida por corrupta en 1840, para quienes hoy, sin ningún pudor, reclaman una antigüedad que no les corresponde.

Muchos guardias civiles nos preguntamos si era necesario crear un nuevo código ético para la Guardia Civil, cuando los guardias civiles han venido respetando desde su ingreso respetuosamente esas cualidades morales que se encontraban en nuestra Cartilla y cuando la propia Institución ha venido siendo escrupulosa en que esto fuese así, inculcando a sus agentes desde los propios centros de formación la importancia que tienen para nosotros todo lo que en esa Cartilla se dictaba, como nos preguntamos por qué este código no se exige a otros cuerpos policiales que en mayor o menor medida también dependen de Interior y que posiblemente tienen y han demostrado más carencias éticas.

 Igualmente muchos nos preguntamos, si esto no es el penúltimo intento por parte del Gobierno, incluidos los ministerios de Interior y Defensa, y de los socios del propio Gobierno, para intentar desprestigiar una vez más al Cuerpo policial de seguridad pública menos corrupto y más leal de los que tenemos hoy en España, intentando presentar de esta forma ante la sociedad a una Guardia Civil poco ética.

El ataque a la Guardia Civil para intentar desprestigiarla, no es nuevo, y esto parece más de lo mismo, tampoco lo es que esos ataques provengan del propio Gobierno o de sus socios, a ninguno se nos escapa que, en muchas ocasiones, esos ataques se deben a ciertos pactos, por poner algún ejemplo y por si alguien anda despistado, la Guardia Civil descubría no hace mucho un protocolo del entorno proetarra para encubrir los homenajes a los asesinos de la banda terrorista, justo en el tiempo, octubre de 2019, en que el Ministerio de Interior e Instituciones Penitenciarias mantenían “un muy estrecho y anómalo contacto” con presos etarras y sus abogados; también hay un largo etcétera de casos muy conocidos que afectan a distintos partidos políticos de distinto signo y que casualmente sus actividades, fraudulentas por supuesto, han sido o están siendo investigadas por la UCO, ¿os suena el coronel Corbí y su cese al frente de esa unidad?, tampoco se le escapa a nadie la pérdida de competencias o el intento de asumirlas por otros cuerpos policiales, que viene sufriendo la Guardia Civil y precisamente en estos últimos años, curioso por ejemplo es que se permita a Mossos tener, siendo competencia exclusiva de Guardia Civil el Resguardo Fiscal del Estado y las actuaciones encaminadas a evitar y perseguir el contrabando, así como la custodia de costas, fronteras, puertos y aeropuertos, una unidad marítima, como curioso es, que se permita a policías civiles, sin competencia para ello, asumir operaciones militares en el exterior, o que Defensa permita a comisarios civiles realizar cursos de Estado Mayor o que se adiestre por parte de unidades militares a policías civiles, cuando es la Guardia Civil quien tiene en exclusiva, con medios, personal y experiencia esas competencias.

Nosotros frente a comisarios Villarejos y a mayores Trapero, tenemos a coroneles que no dudan en respetar las leyes y la Justicia en sus actuaciones, enfrentándose si hace falta al propio Gobierno para que la justicia prevalezca y a generales que no dudan en dimitir, poner a disposición sus cargos frente a las injusticias y arbitrariedades con sus subordinados, aunque provengan del propio Gobierno, siguiendo el ejemplo, unos del cabo que no permitió a Narváez, presidente del Gobierno y obedeciendo las órdenes recibidas, que pasase con su coche por un lugar no permitido y otros, al propio Duque de Ahumada, que cuando Narváez exigió que se castigase a ese cabo, puso su cargo a disposición del presidente, entendiendo que era una medida injusta y arbitraria.

Pero centrémonos un poco y volvamos al “código ético”, exclusivo para la Guardia Civil.

En su enunciado podemos leer "Este código ético ha de entenderse en términos de la voluntariedad que emana de la vocación profesional de ser guardia civil, de forma que su finalidad ha de ser la de estimular conductas que, además, sean una referencia y ejemplo a seguir por el resto de miembros del Cuerpo... ". Según esto, el Honor, la principal cualidad de los guardias civiles, ha pasado ahora a ser una opción voluntaria y no una cualidad moral obligatoria y representativa de la Guardia Civil.

Vayamos un poco más allá y repasemos algunas de las incoherencias del nuevo código, y de la hipocresía de quien lo ha redactado, para ello me he fijado en varios artículos, que más bien parecen redactados para otros cuerpos policiales, o incluso para los propios políticos; por ejemplo, fijémonos en el artículo 2 que habla de “integridad” y que textualmente dice “Actuarán siempre con rectitud y honradez. Por ello, se opondrán resueltamente a cualquier forma de corrupción y en ningún caso aceptarán ofrecimientos, favores o regalos que, directa o indirectamente, puedan comprometer su honestidad y su actuación profesional”, no se vosotros, pero yo si leo esto sin saber de que se trata, pensaría que es una especie de código que debería ser obligatorio para la práctica política.

Os acordáis de los Mossos, pues el Artículo 10, habla de la defensa de la Constitución, y dice textualmente que “Mostrarán una disposición permanente para la defensa de la Constitución Española como norma fundamental del Estado y llevarán a cabo su actividad profesional con lealtad al Rey y con absoluto respeto al resto del ordenamiento jurídico, cumpliendo y haciendo cumplir la ley”, y el Artículo 16, que habla sobre la subordinación, en su apartado 2, mantiene que “Si las órdenes recibidas entrañaran la ejecución de actos que manifiestamente constituyan delito o resulten contrarios a la Constitución o a las leyes, … se abstendrán de obedecerlas, debiendo comunicar por el medio más rápido y eficaz el contenido concreto de las instrucciones recibidas y el mando u órgano emisor de las mismas a la autoridad superior o al órgano que corresponda

Pero como para todos hay en la viña del Señor, veamos si Policía Nacional “merece” o no un código ético exclusivo para ellos, el Artículo 36 habla de las relaciones con otras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y se dice textualmente “Basarán su actuación en los principios de cooperación y colaboración recíproca, coordinación orgánica, lealtad institucional y respeto competencial con el personal de otras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad”, he marcado en negrita algo que es muy importante, la lealtad y el respeto, que no tiene Policía Nacional con Guardia Civil, hay muchos casos y al principio he reflejado algunos, pero si queréis lo último, Policía Nacional ha exigido acceso al SIVE, ya he mencionado que es competencia exclusiva de Guardia Civil, el Resguardo Fiscal del Estado y las actuaciones encaminadas a evitar y perseguir el contrabando, como la custodia de costas, fronteras, puertos y aeropuertos, y en ese mismo concepto hemos conocido como se han presentado nuevas unidades de actuación en medios marítimos y fluviales adscritas a la Junta de Andalucía y con efectivos procedentes del Cuerpo Nacional de Policía, curioso ¿No creéis?

En el Artículo 23, y hablando de Policía Nacional se pide a la Guardia Civil respeto por la historia y tradiciones del Cuerpo, concretamente dice “La Guardia Civil es depositaria de una rica herencia de valor, entrega y espíritu benemérito. Sus miembros deben conservar y transmitir la historia y las tradiciones del Cuerpo, como un deber de gratitud con quienes les precedieron y un estímulo para la continuación de su obra”, me pregunto que pensará quien decidió asumir, tras la desaparición de la Policía General del Reino en 1840 y hasta la creación 20 años después de unidades de policía en distintas capitales de provincia, esos años, como suyos, cuando el único cuerpo policial a nivel nacional fue la Guardia Civil.

Y para el final, un pequeño homenaje a aquellos guardias civiles que de forma arbitraria e injusta fueron apartados de sus destinos y a aquellos otros que supieron seguir el ejemplo del Duque de Ahumada ante esas injusticias, los artículos 27 y 35, el primero de ellos habla de la reserva respecto del servicio y en su apartado 1 dice “La actuación de los hombres y mujeres de la Guardia Civil estará sujeta al cumplimiento de los deberes de reserva y secreto. Al deber de reserva, entendido como es el sigilo o discreción sobre todo lo que el personal pueda conocer con ocasión, o por razón, del desempeño de sus funciones, deberá sumar el deber de secreto sobre todos los asuntos, actos, documentos, informaciones, datos, objetos y materias cuyo conocimiento por personas no autorizadas pueda dañar o poner en riesgo el desarrollo de la labor policial, a cualquier ciudadano o, en última instancia, a la seguridad y defensa del Estado”, y el Artículo 35, que va sobre el Auxilio y colaboración con la Administración de Justicia, mantiene que ”Desde su condición de policía judicial, auxiliarán a jueces y fiscales en las investigaciones que les sean encomendadas y en todo cuanto sea necesario, respetando su independencia e imparcialidad”, imagino que no se aplicará este código ético con carácter retroactivo e imagino que recordaréis al coronel Pérez de los Cobos, y por supuesto a Marlaska.

ANTONIO MANCERA CARDENAS

Director