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Imagen de una de las actuaciones de la Guardia Civil en la campaña de la fruta en el Baix Cinca.

Las pesquisas con la Inspección ya suman 4 ETT y 4 empresas fruteras imputadas.

La Guardia Civil ha liberado este verano en esa comarca, en tres operaciones, a 280 temporeros empleados en condiciones de explotación, en ocasiones rayanas en la esclavitud, y hacinados en infraviviendas o albergues de miseria.

Esas acciones, que a menudo copian usos de las redes de trata de personas como retener la documentación de sus víctimas para asegurarse su dependencia y garantizar la explotación, han obligado a la Guardia Civil, a la Inspección de Trabajo y a los Servicios Sociales de la Comarca del Bajo Cinca a desplegar un intenso trabajo este verano con una treintena de actuaciones coordinadas. A las tres operaciones judicializadas con tres ETT y tres firmas fruticolas investigadas, y con cinco detenidos y tres imputados por delitos laborales y contra los ciudadanos extranjeros, se les suma otra, conocida ayer, con ocho detenidos, un investigado y otra ETT y una empresa frutera más encausadas.

Uno de los primeros dispositivos incluyó la liberación de 150 trabajadores colombianos contratados en origen y alojados en condiciones insalubres en un antiguo hotel y otros 47 en dos infraviviendas de Candasnos. Llegados vía ETT, se empleaban en empresas fruteras y se les extorsionaba reteniéndoles parte del sueldo. En otra operación fueron 34 los liberados.

En la que trascendió ayer, con ocho detenidos (uno de ellos Lérida), las condiciones de hacinamiento las sufrían 40 trabajadores de temporada alojados en una vivienda con capacidad para 15.

Esos 280 trabajadores de temporada explotados y/o hacinados equivalen, según qué mes se tome como referencia, a entre la décima y la octava parte de los que este verano se han empleado en el Baix Cinca, un nivel de explotación entre inquietante y estremecedor en pleno siglo XXI.

“Ha sido una campaña compleja, y deberíamos conocer quiénes son los implicados en esos hechos, porque esas conductas manchan la imagen de todo el sector”, señala Moret, que coincide con El Jazouli en llamar la atención sobre el “cambio de modelo” hacia otro de grandes magnitudes que se está dando en la fruticultura bajocinqueña.

La operación difundida ayer por la Guardia Civil apunta en esa dirección: una empresa frutera que requiere “abundante mano de obra para su temporada de recolecta” recurre a una ETT que, con la intervención de un intermediario, le facilita “un señalado número de trabajadores que estaban en situación irregular” y con “instrucciones para ocultarse o huir” si aparecía la Inspección de Trabajo.

Eran trabajadores “en situación de necesidad” y sin papeles que suplantaban la identidad de otros para emplearse y de cuyo sueldo se quedaba una parte el intermediario aprovechando su “situación precaria” y, reseña la Guardia Civil, “teniendo todas las partes implicadas conocimiento de ello”.

El intermediario también colocaba a temporeros sin papeles captados con la promesa de darles documentación. “Eran explotados laboralmente, careciendo de contrato y de contraprestaciones económicas por su trabajo, excediendo los límites legales en sus jornadas laborales sin ningún tipo de descanso”, añade.

ASOCIACIÓN HISTÓRICO-CULTURAL "FIEL en el DEBER"