El 3 de noviembre de 1980, cinco agentes de la Guardia Civil pertenecientes al Destacamento de Tráfico de Zarautz (Guipuzcoa) se encontraban fuera de servicio disfrutando de su tiempo de ocio en el bar Haizea, de dicha localidad, cuando fueron ametrallados por los integrantes de un comando de la organización terrorista ETA.
Como consecuencia de los disparos fallecieron los siguientes componentes del Cuerpo:
a) Cabos Primeros.
- Don Ángel Retamar Nogales, natural de la localidad de Palomas (Badajoz) de 26 años, casado y padre de dos hijos
- Don Arturo López Hernández, oriundo de La Zubia (Granada) de 38 años, soltero;
b) Guardias Civiles.
- Don Julio César Castillejo Pérez, de Villaviciosa (Asturias) de 22 años de edad, soltero
- Don Modesto García Lorenzo, de Ribadelago (Zamora) de 23 años de edad, soltero.
Un quinto agente, don Nicolás Martín Maestre resultó herido de gravedad.
También falleció en el atentado un vecino de la localidad guipuzcoana, don Miguel Lasa Arruabarrena, que se encontraba en ese instante en el interior del citado establecimiento.
En el hospital Militar General Mola de San Sebastián, quedó instalada la capilla ardiente de los cuatro guardias civiles fallecidos, tras celebrarse en el Gobierno Civil los funerales, los féretros fueron trasladados a sus localidades de origen o residencia de sus familias.
El Servicio de Información de la guardia Civil logró detener a varios miembros del comando relacionados con el atentado. Por su participación en la acción terrorista la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional condenó a los miembros de ETA José Javier Zabaleta Elósegui, en calidad de autor, y Juan María Tapia Irujo, como colaborador necesario.
La eficacia policial demostrada por la Guardia Civil en las labores de investigación y actuación sobre los terroristas se constituye en homenaje a quienes fueron asesinados por la sinrazón de la barbarie terrorista.
Cabo 1º Retamar Nogales, Cabo 1º López Hernández
Guardia Civil Castillejo Pérez, Guardia Civil García Lorenzo.
