El 29 de marzo de 1858, a petición de Francisco Javier Girón y Ezpeleta, II duque de Ahumada y fundador del Cuerpo, el Ministerio de la Guerra (actual Ministerio de Defensa) dictó una Real Orden declarando reglamentaria para los oficiales la pistola-revólver que a finales del año había sido aprobada para los oficiales de los batallones de Cazadores del Ejército (revólver Adams-Deans).
Apenas un mes después, el 30 de abril de ese mismo año, una Real Orden aprobó la pistola-revólver Lefaucheux, modelo 1858, de simple acción, 6 tiros o cartuchos de espiga y calibre 11 mm, que sustituirían a aquéllos por cuestiones de economía y, según los informes de la época, debido a los accidentes que ocasionaban su uso, fijando una duración de 20 años y un precio de 305 reales, motivo por el cual fue adoptado también para los oficiales de la Guardia Civil que todavía no tenían el modelo Adams.
El establecimiento de la pistola-revólver sistema Lefaucheux como arma reglamentaria para los jefes y Oficiales de la Guardia Civil supuso la necesidad de modificar algunas cuestiones relativas a la uniformidad, que consistieron en un cinturón, un tahalí y una funda de dotación, las cuales fueron concretadas en una circular de 25 de octubre de 1860.
El tahalí de gamuza amarillo sustituiría al de charol negro utilizado hasta el momento y debía ser utilizado siempre que se llevara la espada ceñida. Por su parte, el cinturón, a juego con el tahalí, sería utilizado siempre que hubiera de prestarse servicio con la espada ceñida, colocándose el revólver en la funda carcax introducida en el cinturón salvo que se portara la espada de montar, en cuyo caso debía colocarse la funda o carcax en el cinturón de ésta.
El funcionamiento de esta arma estaba basado en el modelo francés, que era reglamentario en la Marina de ese país, y en España se fabricaron en la fábrica de Trubia (Asturias), que dio contratas a otras como Eibar (Guipúzcoa). Fue sustituido por el Modelo 1863, que no aspiraba a mejorar al de 1858, sino a abaratar el coste de fabricación, desde entonces mecánico, eliminando cualquier ajuste manual.
A pesar del carácter discrecional establecido en la propia circular a la hora de portar el arma, éste debía portarse de manera obligatoria para desempeñar servicio de armas, dentro o fuera de población, siempre que se mandara tropa y cuantas veces se desempeñara servicio fuera de población.
En la Guardia Civil se utilizaron varios modelos de revólver, si bien los últimos reglamentaros fueron devueltos a los Parques de Artillería en el año 1924.







































































