
La exanalista sustituyó al general Félix Sanz Roldán como jefa de los servicios secretos tras 40 años en la agencia. En 2020 se convirtió en la primera funcionaria del centro en ponerse al frente de la inteligencia española.
El caso Pegasus ha sacado a la palestra a una persona que hasta ahora, y por razones de su cargo, ostentaba un perfil bastante discreto. Se trata de Paz Esteban López (Madrid, 1958), directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Tras casi 40 años trabajando en los servicios secretos españoles, cuyo funcionamiento conoce como la palma de su mano, y apenas un mes después de soplar las velas de su segundo aniversario al frente del organismo público, se encuentra en el punto de mira de los independentistas catalanes, pero también de Unidas Podemos, socio del PSOE en el Gobierno de coalición.
A escasas 24 horas de comparecer en la Comisión de Gastos Reservados del Congreso -comúnmente conocida como de Secretos Oficiales-, el 'dedo acusador' de los políticos independentistas, presuntamente víctimas del espionaje, la apuntan como principal responsable del agujero de seguridad a través del cual se robó información, también, al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y a la ministra de Defensa, Margarita Robles.
Como es natural, dado el halo de secretismo que envuelve su profesión, apenas se conocen un puñado de datos acerca de la todavía directora del CNI. Se sabe que se licenció en Filosofía y Letras por la Universidad Autónoma de Madrid. Más tarde, se especializó en Historia Antigua y Medieval. Y justo cuando empezaba a prepararse las oposiciones para funcionaria de Archivos y Bibliotecas, un pariente de su padre le ofreció un puesto en el Centro Superior de Información de la Defensa (CESID) -el antiguo CNI-. Esteban aceptó y su carrera como posible bibliotecaria dio un vuelco decisivo.
En 1983, ingresó en el CESID como analista de inteligencia exterior, con Emilio Alonso Manglano al frente del servicio de inteligencia. Pasaría sus próximos 40 años entre las paredes del organismo de máxima seguridad del país. Nunca fuera como expatriada: su labor, que se sepa, siempre ha transcurrido en los despachos del centro y no fuera de las fronteras españolas ni como agente sobre el terreno. Entre los cometidos que se le atribuyen, resaltan informes sobre la pertenencia de España a la OTAN, años antes de que se celebrase el referéndum de 1986 para el ingreso o los trabajos acerca de yihadismo, al calor de los atentados del 11-S y el 11-M.
La regeneración y el bautismo del CNI en 2002, como organismo descendiente del CESID, le pilló dentro de 'La Casa', como llaman al centro los profesionales que trabajan en este organismo tradicionalmente dependiente del Ministerio de Defensa-salvo los años de Gobierno de Mariano Rajoy, que estuvo en manos de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría-. Hasta 2004, ostentando cargos de inteligencia exterior; después, como parte de los órganos directivos.
Sus logros y aptitudes no pasaron desapercibidos para el general Félix Sanz Roldán, quien fuera director del centro de inteligencia y que, en 2010, la nombró jefa de su Gabinete Técnico. Puesto que ocupó hasta junio de 2017, cuando el Consejo de Ministros la aupó, a propuesta del mismo Sanz Roldán, a la Secretaría General del CNI. O lo que es lo mismo, se convirtió en la 'números dos' de los servicios secretos españoles.
Finalmente, en 2019, al término del mandato de Sanz Roldán, Esteban alcanzó la cúspide del organismo, pasando a ocupar el cargo de directora general del CNI de forma interina, pues el Gobierno se encontraba en funciones hasta las elecciones generales de abril de ese mismo año. El 10 de enero de 2020, tomó posesión como directora de forma definitiva, convirtiéndose en la primera mujer en dirigir los servicios secretos en el país, con cerca de 3.500 espías bajo su tutela.
Su perfil de trabajadora de 'La Casa' y su dilatada experiencia promocionaron su elección por delante de otros militares de alto rango y cargos de confianza del presidente o la ministra de Defensa. Se trataba así de poner fin a unos años en los que habían desfilado por la dirección del CNI cargos ajenos al centro y apostar por una persona que conociera a la perfección los entresijos y el funcionamiento del servicio de inteligencia español. De este modo, Esteban se convirtió en la primera funcionaria en dirigir el servicio secreto, en un cargo con rango de secretario de Estado.
Ahora, Paz Esteban tendrá que comparecer en la Comisión de Secretos Oficiales por primera vez, pero no en una declaración al uso, pues este órgano llevaba tres años sin constituirse-, sino para dar explicaciones por el espionaje con Pegasus. Justo el mismo día en el que se cumple el 20 aniversario de la creación del CNI.








































































