Los agentes de Policía Local continuaron durante 45 minutos realizando la reanimación manual (RCP) hasta que llegaron las ambulancias
Los agentes de la Policía Local de Santo Domingo de la Calzada: Ruben Gil Navajas y Quique Suárez Reizábal, realizaron una intervención que afortunadamente terminó con final feliz.
Sobre las 12:30 de la mañana del pasado 15 de septiembre, la comisaría de la localidad recibía una llamada del SOS Rioja 112, que avisaba que un vecino de la localidad necesitaba ayuda.
Hasta el lugar indicado, se desplazaron los dos agentes, encontrando a un vecino de Santo Domingo de la Calzada de 61 años “tumbado boca abajo en el suelo y sin pulso” manifestaba el jefe accidental, Sergio Pérez Ramírez, al diario Rioja2.
Afortunadamente, los vehículos policiales de este municipio riojano cuentan con desfibriladores externos semiautomáticos (DESA), equipos que no había sido necesario utilizar, hasta hoy. “Sin dudarlo ni un segundo”, Gil y Suárez han comenzado las labores de reanimación sin éxito porque el hombre no reaccionaba. “Los agentes han gastado las cinco descargas posibles, y cuando los equipos se han quedado sin electrodos, han continuado con la reanimación cardiopulmonar (RCP) hasta que han llegado las ambulancias porque continuaba sin reaccionar, acompañados y relevándose también con los técnicos sanitarios”. Pérez explica que los agentes de la Policía Local de Santo Domingo cuentan con formación para utilizar estos desfibriladores externos semiautomáticos (DESA) así como para la realización de la RCP.
Hasta tres ambulancias se han desplazado a Santo Domingo e la Calzada para intentar salvar la vida de este vecino. “Tras 45 minutos de agónica y sufrida lucha por devolverle la vida, finalmente ha reaccionado”, relata orgulloso el jefe accidental de la Policía Local de Santo Domingo de la Calzada, “y en estos momentos se encuentra estable, a pesar de la gravedad, en el Hospital San Pedro donde está siendo atendido”.
Una historia complicada, con final feliz, de la que el jefe accidental de la Policía Local de Santo Domingo de la Calzada se siente orgulloso. “Hemos salvado una vida y hay que celebrarlo porque todos los días estamos en la calle, las 24 horas del día, precisamente para estar ahí, en el momento que un ciudadano necesita nuestra ayuda”, concluye satisfecho.