El logro se ha realizado en una práctica de entrenamiento y no es solo una prueba de resistencia, sino un salto cualitativo en sus capacidades operativas y de dominio técnico.
Sumergirse a tales profundidades exige una planificación meticulosa, un conocimiento exhaustivo de la fisiología humana en ambientes hiperbáricos y el manejo de tecnología de buceo de circuito cerrado de vanguardia. Esta práctica pionera prepara a los especialistas de la UAS para afrontar los escenarios más desafiantes en investigaciones subacuáticas complejas, búsqueda de pruebas o localización de objetos/víctimas en el lecho marino profundo.
La innovación tecnológica y la formación del personal que presta servicio en las unidades subacuáticas de la Guardia Civil es un pilar fundamental para garantizar la seguridad en cualquier entorno, por hostil que sea. Felicitamos a la UAS por llevar sus límites operativos a nuevas cotas. Es un ejemplo de profesionalidad y compromiso con el servicio a la ciudadanía.
