El 19 octubre de 1874, la casa de recaudador de contribuciones del partido de Boltaña (Huesca) fue atacada por una partida de “carlistas” compuesta por 20 efectivos, en su defensa participaron un sargento y cuatro guardias civiles que lograron dispersarlos.
A través de un bagajero que iba en el grupo, se descubrió que en un pueblo próximo quedaban otros 150 efectivos de Infantería que tenían intención de apoderarse de los fondos de recaudación atentando contra la Guardia Civil que los custodiaba. Por consiguiente, para proteger los 40.000 reales que tenían los fondos, y al recaudador, se decidió trasladar el dinero a la capital oscense, siendo realizado el servicio de custodia por el mismo suboficial y los cuatro guardias civiles.
Desde su fundación en 1844, la verdadera razón de ser de la Guardia Civil ha sido velar por la seguridad de las personas y sus bienes, concepto que en la actualidad se conoce como “seguridad ciudadana”.
