Desde hace un par de meses, más o menos, ha surgido una nueva alarma en la sanidad mundial, sobre todo en el Reino Unido, con 114 casos, en España con 13, Israel con 12, Estados Unidos, muchos países de la Unión Europea, etc...
Se trata de una hepatitis infantil, con casos entre los 2 y 16 años, que el ECDC (la agencia europea de control de enfermedades) considera que se trata de una enfermedad infecciosa transmisible. La OMS apunta hacia una posible causa, el Adenovirus 41. Sin embargo, esto no está probado y pese a que el Adenoviris 41 cursa con diarrea, vómitos y dolor abdominal, también presenta síntomas respiratorios, cosa que aquí no sucede. Por tanto, seguimos en la incógnita. Por otra parte, los Adenovirus cursan con clara sintomatología respiratoria todos ellos y solamente el 41 presenta también síntomas intestinales. La verdad es que se sigue ignorando la causa. Los antivacunas ya han cacareado que se trata de un efecto secundario de las mismas, pero eso está descartado, ya que la inmensa mayoría de los niños afectados no habían sido vacunados contra la Covid 19.
Sintomatología:
Tras una sensación de mareo progresiva, los niños comienzan con dolor abdominal, vómitos y diarrea. No suele haber fiebre, aunque tampoco eso es una constante. Al cabo de una semana más o menos, el niño se empieza a poner amarillo. Esa ictericia se detecta más precozmente en los ojos, sus heces son muy claras o incluso blancas, la orina es oscura, de color coñac y ahí si puede aparecer algo de fiebre, aunque décimas por lo general, así como prurito (picor) de cierta intensidad en la piel. Es decir, la hepatitis da la cara. Lógicamente se le hacen unos análisis al niño y vemos que tanto la AST/GOT como la ALT/GPT tienen valores muy altos, rondando los 500 o más. Estas dos transaminasas o transferasas son la prueba de la hepatitis, junto con un elevado valor de bilirrubina en suero y orina y un aumento en la serie blanca (leucocitos). Se impone la hospitalización para un estudio en condiciones y alimentación ideal con reposo controlado. Entonces, se debe de hacer una gammagrafía hepática e incluso una resonancia magnética abdominal. Allí veremos un hígado inflamado, pero por lo general uniforme y sin quistes ni tumores apreciables. Conviene también hacer un estudio genético de las heces, para detectar el posible virus causante, si es que esa es la causa. El problema es que pueda cursar hacia una cirrosis grave, lo cual requeriría un trasplante de hígado.
Evolución y Prevención:
La inmensa mayoría de los casos evoluciona bien, hacia la curación. Sin embargo, aun es pronto para saber si quedan algunas secuelas a corto, medio y largo plazo, por lo que es imprescindible establecer un protocolo de seguimiento, al menos anual, de todos los afectados. Dicho protocolo deberá incluir exploración física, análisis de sangre y orina, y ecografía hepática. Por otra parte, es muy recomendable un estudio de la función pulmonar, con pulsioximetría de vez en cuando, auscultación y radiografías lateral y frontal de ambos pulmones. Igualmente, toma de muestras de garganta para estudio genético (PCR) de los posibles virus implicados de vez en cuando (cada tres o cuatro años sin síntomas o cuando estos aparezcan). Y como prevención es importante el lavado de manos frecuente con un jabón normal y después, aplicar un gel hidroalcohólico. También es conveniente usar pañuelos de papel desechables, taparse la boca al toser o estornudar, ventilar la habitación diez minutos cada tres horas y usar mascarilla quienes atiendan al niño enfermo.
Tratamiento:
El de cualquier hepatitis: dieta pobre en grasas, preferiblemente predigerida (purés, lácteos sin grasa, fruta en zumos, pescado blanco hervido…), suplemento vitamínico y antiinflamatorios acordes a la situación, así como prevención de sobreinfecciones con aislamiento en zona estéril. Hay otras muchas posibilidades, pero conviene ser prudentes a la hora de elegirlas.
Adenovirus 41:
En las infecciones de tracto digestivo por Adenovirus deben distinguirse las producidas por los serotipos 40 y 41, que cursan con fiebre, gastroenteritis y un tiempo de evolución superior a los 8 días, de las más leves originadas por los otros serotipos. Por tanto, esos dos serotipos han de ser considerados los más agresivos sobre el intestino y el 41 especialmente sobre vesícula biliar y ahora parece que el hígado.
Los adenovirus son virus DNA que se clasifican de acuerdo con la presencia de 3 antígenos mayores en la cápside (hexona, pentona y fibra). Hay 7 especies de adenovirus humanos (de la A a la G) y 57 serotipos. Los diferentes serotipos están asociados con distintas enfermedades.
En general, la infección se contrae por el contacto con secreciones (incluso en dedos de pacientes infectados) de una persona infectada o con un objeto contaminado (p. ej., toallas, instrumentos…). La infección puede ser transmitida por el aire o por el agua (p. ej. contraída al nadar en lagos o en piscinas sin el cloro adecuado). La descamación viral asintomática respiratoria o gastrointestinal puede continuar durante varios meses o incluso durante años.
Por tanto, es muy prudente y conveniente hacer un seguimiento de estos enfermos, insistiendo especialmente en su higiene.
Conclusión:
Nos encontramos ante un nuevo reto que nos hace pensar en nuestro futuro. ¿Estamos condenados al aislamiento? No parece razonable. Ahora bien, la higiene es algo fundamental. Lo que si se tiene que acabar es la suciedad en las personas y en sus hábitats.
Basta ya de tonterías de amontonamientos en manifestaciones mal llevadas, de autobuses o metros llenos hasta reventar, de aviones sin la debida separación entre asientos, de eventos masivos descontrolados y, sobre todo, de falta de cultura y educación.
Si aprobamos a los niños sin saber, si permitimos el ascenso de los indocumentados/as, si destruimos la belleza en aras de la barbarie, mal futuro tenemos. Porque además de esto se van a aprovechar los terroristas y los insensatos. ¿Es que queremos destrozar la vida? Por muy Putin que seas, por muy populista que seas o por muy egoísta que seas, te estás suicidando. Es lo que hay.
Francisco Hervás Maldonado
Coronel Médico (r)
Ex-Jefe de Servicio de Microbiología Clínica