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Encabezamiento del artículo publicado el 11 de enero de 1845 en "El Comercio", sobre el primer despliegue de la Guardia Civil gaditana

Encabezamiento del artículo publicado el 11 de enero de 1845 en "El Comercio", sobre el primer despliegue de la Guardia Civil gaditana

Los ayuntamientos de los pueblos a que se destinasen puestos fijos de la Guardia Civil les proporcionarán casas cuarteles en que vivir con sus familias

El 8 de enero de 1845, jornada anterior al inicio del despliegue y primeros servicios que comenzó a prestar la Guardia Civil en la provincia gaditana, el jefe superior político de la misma, brigadier Manuel Lassala Solera, dirigió un escrito a los alcaldes de las poblaciones en las que se iban a instalar las primeras casas-cuarteles del benemérito Instituto, así como en aquellas localidades, en las que empezarían a ejercer su vigilancia.

Dicho escrito tuvo gran difusión, ya que no solo fue publicado al día siguiente en la primera y segunda página del Boletín Oficial de la Provincia de Cádiz, y dos días más tarde, 11 de enero, por la prensa local gaditana, concretamente en la tercera página de El Comercio, sino incluso también por la propia Gaceta de Madrid del día 20 de enero, en su segunda página. Ello constituyó, a nivel nacional, la primera noticia que se divulgó en este último medio, sobre el primer despliegue territorial de una unidad provincial de la Guardia Civil, que todavía no se llamaba “Comandancia”.

“Habiendo llegado a esta ciudad parte de la Guardia Civil de infantería destinada a esta provincia, sale en el día de mañana a desempeñar su importante servicio según y en el modo que al pie se indica. La guardia civil es el brazo de protección y seguridad que el Gobierno ofrece al hombre honrado, y lo es de persecución y de temor para el delincuente y de mal vivir. El esmero con que se ha atendido al personal del cuerpo, y los servicios que ya ha prestado en algunas provincias, aseguran llenará cumplidamente la intención paternal que S.M. se ha propuesto al dignarse mandar su creación en beneficio de la pública seguridad.

Al revistar la expresada fuerza he recordado a sus individuos los deberes de protección que tienen que cumplir, la circunspección y decoro que siempre les debe acompañar, y les he dicho también la buena índole, el carácter honrado y las prendas recomendables que distinguen a los pueblos de la provincia, y que hace sea afortunadamente una de aquellas en que apenas es conocido el crimen. Encargo a V.S. muy particularmente que por cuantos medios estén a su alcance proporcione todos los auxilios, datos y noticias a los jefes e individuos de la guardia civil, a fin de que más fácilmente llenen el servicio de su instituto, en la que hará V.S. un recomendable servicio al país, y muy digno del celo y cualidades que a V.S. adornan.”

A continuación de dicho escrito, se detallaba la distribución orgánica y el despliegue territorial inicial de las tres secciones de infantería de la Guardia Civil por buena parte de la provincia.

La 1ª Sección pasaba a establecerse en Cádiz, prestando su servicio en el interior de la capital y extendiéndose su acción hasta la ciudad de San Fernando, inclusive. Hay que significar que, según se publicaba en la tercera página del periódico El Comercio, fechado el 1 de enero de 1845, se había dispuesto, por orden del mentado jefe superior político de la provincia, fechada el 30 de diciembre anterior, la ciudad de Cádiz, había quedado dividida, “para mejor servicio del público”, en dos distritos de seguridad pública. El primero estaba integrado por los barrios de Extramuros, Merced, Pópulo, Escuelas y Correo, mientras que el segundo, lo estaba por los de San Francisco y San Carlos, Cortes, Constitución y Hércules, Hospicio, Palma y Libertad.

La 2ª Sección quedaba ubicaba en Jerez de la Frontera, responsabilizándose principalmente de la seguridad del “camino principal” que se dirige a Sevilla. También debía recorrer constantemente los caminos hacia los términos municipales de Arcos de la Frontera, Sanlúcar de Barrameda, Puerto de Santa María y demás direcciones que se considerasen convenientes, poniéndose en comunicación con la 1ª y 3ª secciones limítrofes.

La 3ª Sección se instaló en la localidad de Medina Sidonia, vigilando especialmente los pinares de Chiclana de la Frontera, y extendiéndose hacia los términos municipales de Conil de la Frontera y Vejer de la Frontera. Así mismo debía de estar “en comunicación con la fuerza de caballería del mismo cuerpo”, situada en Algeciras y la 2ª Sección.

El escrito del gobierno superior político de la provincia finalizaba con una nota que contenía dos puntos. En el primero se disponía que el “jefe principal del cuerpo”, es decir, el primer capitán José María Cisneros Lanuza, debía de dar las instrucciones que estimase convenientes para el mejor servicio de su unidad. Y en el segundo, que los ayuntamientos de Cádiz, Jerez de la Frontera y Medina Sidonia, debían proporcionar la oportuna casa-cuartel para el alojamiento de las citadas secciones, todo ello con arreglo al artículo 19 del real decreto fundacional, de 13 de mayo de 1844: “Los ayuntamientos de los pueblos a que se destinasen puestos fijos de la Guardia Civil les proporcionarán casas cuarteles en que vivir con sus familias, si las tuvieren, dándoseles por el Estado el correspondiente utensilio”.

Analizando tan breve, pero conciso y detallado escrito, se considera conveniente realizar algunas reflexiones y consideraciones. En primer lugar, debe entenderse que el 8 de enero de 1845, fecha en la que se dirige el escrito a los alcaldes afectados, al igual que ya estaba en la capital, la fuerza de la Guardia Civil para iniciar al día siguiente y por primera vez, su servicio, también debía encontrarse en las localidades de Jerez de la Frontera y Medina Sidonia. Posiblemente, no estuvieran todavía completas las plantillas, habida cuenta lo expuesto con anterioridad, pero desde luego sí que existían efectivos suficientes para comenzar a realizar las misiones encomendadas en la normativa fundacional.

Surge la duda, por la referencia tan vaga con que se menciona, respecto a la presencia de la “Sección de Caballería”, y cuya demarcación asignada se entiende que sería el Campo de Gibraltar, con residencia en Algeciras, aunque finalmente se fijó, y permaneció durante los años siguientes, la cabecera de dicha unidad en San Roque, estableciéndose sólo un puesto, de caballería, en la ciudad algecireña.

JESÚS N. NÚÑEZ CALVO
Coronel (R) Guardia Civil y Doctor en Historia