El 7 de septiembre de 1929, mediante Real Decreto publicado en la Gaceta de Madrid el día 10 de ese mismo mes, se concede la Gran Cruz de la Orden Civil de Beneficencia al Cuerpo de Carabineros, con distintivo negro y blanco, como reconocimiento a “los múltiples actos y servicios abnegados, humanitarios y heroicos que los individuos pertenecientes al mismo llevan realizados con motivo de incendios, inundaciones y salvamento de náufragos”, erigiéndose un monumento que aún se conserva en San Lorenzo del Escorial (Madrid).
En términos análogos, el 4 de octubre de ese mismo año la Guardia Civil recibe mediante Real Decreto idéntica distinción, otorgándosele públicamente y de forma oficial el título de “Benemérita”. El carácter benemérito o benefactor de la Guardia Civil forma parte de su naturaleza desde su creación y ha sido una constante a lo largo del tiempo con conductas que habían dado lugar previamente a la concesión de 438 Cruces de Beneficencia a título personal a miembros del Cuerpo.
El Cuerpo de Carabineros fue un instituto armado creado en España el 9 de marzo de 1829, mediante Real Decreto de Fernando VII, constituido bajo el nombre de “Real Cuerpo de Carabineros de Costas y Fronteras” con la misión de proporcionar seguridad y vigilancia de costas y fronteras, así como la represión del fraude fiscal y el contrabando en las fronteras terrestres, provincias marítimas y en Madrid. Su lema era «Moralidad, lealtad, valor y disciplina» y su insignia era un sol que surge con todos sus rayos en el horizonte.
Así pues, en la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX, la trayectoria del Instituto de Carabineros discurre en paralelo a la Guardia Civil, a la que mimetiza en muchos de sus aspectos (huérfanos, asistencia social, doble dependencia militar y civil, organización, veteranos, enseñanza, e idiosincrasia).
En 1833 pasa a denominarse “Carabineros de la Real Hacienda”, dependiendo de la Dirección de Rentas Estancadas del Ministerio de Hacienda y el Cuerpo sufre una nueva organización en 1842 con el nombre de “Cuerpo de Carabineros del Reino” para sustituir a los de la Real Hacienda. Tras más de un siglo de servicios y con arreglo la Ley de 15 marzo de 1940, el Cuerpo de Carabineros desapareció tras la Guerra Civil y sus componentes pasaron a integrarse en el de la Guardia Civil.
En la actualidad, la Jefatura de Fiscal y de Fronteras, dependiente del Mando de Fronteras y Policía Marítima de la Guardia Civil, es la encargada de organizar y gestionar el resguardo fiscal del Estado, así como la custodia, control y vigilancia de las costas, fronteras (excepto aquellas que se rigen por un tratado internacional específico), puertos, aeropuertos y los espacios marítimos en los que España ejerce soberanía y, en este ámbito, el control de la inmigración irregular.