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 El 17 de octubre de 1914, siendo Director General de la Guardia Civil Agustín Luque y Coca, se inauguraba oficialmente en Madrid el Colegio Infanta María Teresa, cuyo objeto era procurar formación académica a aquellos huérfanos que, por distintas razones, no pudieran acceder al empleo de Guardia Civil, así como a aquellos hijos que no tuvieran la posibilidad de acceder a estudios por estar destinados sus padres en lugares alejados de los centros de enseñanza media y superior.

La preocupación por la educación y formación de los huérfanos e hijos del Cuerpo de la Guardia Civil aparece de forma temprana, desde el nacimiento de la institución en 1844, como consecuencia del elevado número de bajas que se producían, tanto a consecuencia del servicio como por causas naturales. De este modo, transcurridos nueve años desde la creación de la Guardia Civil, el propio fundador, el Duque de Ahumada, promovió la Real Orden de 1 de abril de 1853 en la que se autorizaba la creación de la “Compañía de Guardias Jóvenes”, con la función de acoger y formar a los varones mayores de 12 años, huérfanos e hijos del Cuerpo.

El acogimiento en la Compañía de Guardias Jóvenes no alcanzaba a los menores de 12 años, por ello mediante Circular del Director General de la Guardia Civil de 12 de enero de 1879 se crea el “Asilo de Huérfanos”, que acogió, en el caso de fallecimiento de sus padres, a los hijos e hijas de los guardias civiles.

El primer colegio se estableció en el pueblo madrileño de Pinto, en una casa particular que pronto se haría pequeña e insuficiente. Se adquirió entonces en el cercano pueblo de Valdemoro la antigua “Real Fábrica de Paños y Tapices del Reino”, denominada “Los Longistas”, que en 1856 acoge a 110 huérfanos. 

En 1879, el número de huérfanos era tan grande que el término «compañía» quedaba pequeño. Una Orden de octubre de 1879 disponía que pasara a denominarse “Comandancia de Guardias Jóvenes”. Paralelamente se le daba el nombre de ‘Colegio’, lo que determinaría que en el futuro predominara el nombre de “Colegio de Guardias Jóvenes”. Además  se crea un “asilo de huérfanas”, que se establece en la finca “El Juncarejo”, próxima a Valdemoro, donada por el Marqués de Vallejo, de quien recibiría su nombre. 

En enero de 1895 se adquiere una apreciable extensión de terrenos que se repartían entre el término municipal de Madrid, conocidos en el Cuerpo como “las cuarenta fanegas”, aunque su verdadero nombre era “Finca del Alba”, de la actual Calle Príncipe de Vergara de Madrid. El nombre del Colegio se debe a la hermana del Rey Alfonso XIII, quien falleció en Madrid el 23 de septiembre de 1912, siendo el propio monarca quien quiso honrar su memoria colocando la primera piedra del centro, el 18 de diciembre de 1912. 

El Colegio Infanta María Teresa, depositario de una larga tradición, iniciaba en 1914 su andadura acogiendo a los 200 alumnos que integraron su primera promoción, siendo su primer Director el Coronel Lorenzo Rubio. Fue en el curso 1982 cuando el Colegio Infanta se hizo mixto, y desde el año 2013, todas las enseñanzas escolares se reunieron en el Colegio “Marqués de Vallejo”, de Valdemoro, permaneciendo el internado en Madrid para atender mejor a las necesidades de los alumnos y alumnas huérfanos y de hijos del Cuerpo de la Guardia Civil.