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Dice el artículo 41 de las Reales Ordenanzas que se “Tratará al militar retirado con el respeto y consideración que merecen su dedicación y servicios prestados, guardando las muestras de compañerismo y cortesía pertinentes”.

Alguien, sin ningún criterio, dirá "que nos importa a nosotros las Reales Ordenanzas o los militares", bueno hagamoslo desde otro punto de vista "Tratará al guardia civil retirado con el respeto y consideración que merecen su dedicación y servicios prestados, guardando las muestras de compañerismo y cortesía pertinentes", ¿Mejor?

Mantenía García Lorca “que para mirar España con objetividad hay que mirarla desde América”, No hace falta sin embargo irse tan lejos para darnos cuenta que en España somos cainistas, es decir somos vengativos con nuestros allegados.

La Guardia Civil, o mejor dicho, en la Guardia Civil, como parte de la propia sociedad española,  para mirar con objetividad como mantenía García Lorca, al menos con cierta objetividad a la Guardia Civil, no hace falta irse a hacer las américas, no hace falta irse tan lejos para que el cainismo se haga evidente en nuestra Institución.

Somos una Institución excepcional, con una mezcla de valores y principios, de sentimientos, que hace especiales a los hombres y mujeres del Cuerpo, pero que sin embargo, como parte de la sociedad española tenemos nuestro propio talón de Aquiles, al menos algunos han demostrado tenerlo.

Hasta hace cuatro años los retirados de la Guardia Civil no podían reclamar sus derechos, no tenían quien lo pudiese hacer por ellos, es cierto que los guardias civiles que pertenecían a una asociación profesional podían seguir perteneciendo a la misma, pagando sus cuotas, pero sabiendo que los derechos que como guardias civiles retirados se les negaban no podían ser defendidos desde ninguna asociación profesional del Cuerpo, por lo que los guardias civiles retirados decidieron asociarse para reclamar sus propios derechos.

No voy a hablar del gesto, feo, muy feo, de arremeter en redes sociales contra quienes decidieron emprender el camino para defender y reivindicar la figura del guardia civil retirado, para luchar por los derechos perdidos, de denunciar la situación de viudas y huérfanos, no voy a hablar del gesto, feo, muy feo, de hacerlo además con un ataque personal contra quienes dieron el primer paso, ni voy pedir que se nos explique porque quien ha decidido atacar y criticar que la Dirección General haya prestado oídos a los retirados, no haga ninguna mención a viudas y huérfanos.

Voy a hablar de empatía, de respeto, valores que también forman parte, como el cainismo, de la sociedad española, de la propia Guardia Civil, pero podría hablar de solidaridad, por ejemplo la que tuvieron los retirados para salir a la calle apoyando las justas reivindicaciones sobre equiparación salarial, que a ellos no les afectaban, junto a los compañeros en activo, junto a esas asociaciones que hoy les faltan al respeto y que les niegan su esfuerzo y su trabajo.

Se debería unir esfuerzos, personal en activo y retirados para llegar a dar dignidad a un colectivo, al que tarde o temprano todos los guardias civiles llegaran, se deberían unir esfuerzos para dignificar la etapa más dura de quienes lo han dado todo por servir a los demás.

Pero lo que se está haciendo es querer coger protagonismo por algo que da lo mismo quien lo consiga, cuando lo importante es conseguirlo, es el cainismo, la venganza, el ataque contra los allegados, contra los iguales, porque nadie me negara, que tanto guardias civiles en activo, como guardias civiles retirados, mantienen principios y valores, una forma de ser, de pensar, de vivir que se asume al ingresar; a alguien se le ha olvidado que un guardia civil lo es hasta que muere, a alguien se le ha olvidado que en los documentos de identidad que se entregan o se mantienen al pasar a retirado pone “guardia civil en situación de retiro”, junto al empleo si lo tuviesen.

Creo que, son un error los ataques de ciertas asociaciones profesionales al trabajo de la asociación de retirados, es un error no reconocer y no aprovechar el impulso que los veteranos del Cuerpo han dado para lograr que se redacte una nueva orden sobre el retirado de la Guardia Civil.

Se trata de llegar a una misma meta, de mantener un ideal común, de definir donde se quiere ir para asegurar el futuro de los veteranos del Cuerpo, ¿qué importa quién haya dado el primer paso?, ¿quién se haya levantado primero para echar a andar?, lo importante es caminar, es avanzar, lo demás vendrá poco a poco. Los ataques y las críticas al colectivo de retirados, hacerlo además a título personal contra algunos de sus miembros, no forma parte de nuestro propio ADN a pesar de ser españoles y por ende cainistas, porque se supone que somos un referente para la sociedad.

Pero llegados a este punto, frente a las críticas a la Dirección General por recibir y escuchar a los retirados, por decidir sumar sus reivindicaciones  al proyecto, quien mejor que ellos para explicar lo que necesitan, frente a los ataques colectivos y personales a la asociación de retirados y a sus miembros, que ponen a cada uno en su sitio, quizás sea hora de ir más allá y acallar las mismas tomando ejemplo de otras policías semejantes a la Guardia Civil, quizás sea hora de tomar como ejemplo de los Carabinieri y crear, por qué no, un espacio dentro del organigrama de la propia Dirección General donde se puedan encuadrar, junto a las asociaciones profesionales, las asociaciones de retirados y sumar juntos por el bien de todos los integrantes de la Guardia Civil que tarde o temprano llegarán a ser retirados.

Y hasta que ese momento llegue, recordad "Tratad al guardia civil retirado con el respeto y consideración que merecen su dedicación y servicios prestados, guardando las muestras de compañerismo y cortesía pertinentes"

Antonio Mancera Cárdenas